Según reveló el presidente de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) en un informe de CNN en Español, el gobierno porteño compró vagones de subte sin estar del todo seguros si contenían asbesto, un material cancerígeno, en su composición, porque no llegaron a leer toda la documentación pertinente en el proceso de compra.

Una floja excusa

De acuerdo a Eduardo De Montmollin, la compra efectivamente incluyó la revisión de documentación que explicitaba la presencia del tóxico. "No había manera de afirmar o validar si esto era efectivamente cierto o no. La documentación técnica de un tren pueden llegar a ser manuales o carpetas grandes y de repente lo que dice esto es una letra chiquita en la página 473 del tomo 4 de manual de descripción de partes", explicó.

En ese sentido, según el funcionario, los técnicos de SBASE "no pueden garantizar que se hayan leído todas y cada una de las páginas de los manuales técnicos". Además, deslizó que asumió que, ya que en Europa la comercialización de productos con asbesto estaba prohibida, "si en la documentación figuraba algo el metro de Madrid había ya tomado partido, había tomado medidas". 

Los vagones con asbesto fueron adquiridos a cambio de 4,2 millones de euros en septiembre de 2011, cuando Mauricio Macri era jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Según describe el diario El País de España, el dirigente en persona fue a las cocheras del Metro de Madrid "e inspeccionó, como si fuera un entendido en la materia, los bajos de un vagón que estaba encaramado sobre un inmenso camión". 

Trabajadores enfermos

Paralelamente, según reveló meses atrás Página 12, Metrovias reconoció en un memo interno que tres trabajadores de la línea B fueron diagnosticados con placas pleurales causadas por la exposición al asbesto.

Los empleados del subte porteño ya habían denunciado la presencia de este tóxico a comienzos del 2018, luego de que varios de sus colegas del metro de Madrid fallecieran a causa de asbestosis.