por Gisela Nicosia
26 Enero de 2017 06:59
Las voces coinciden en que no es una persona “fácil” y que logró enriquecerse rápido y con supuestos manejos “turbios”. Además fue denunciado por “violencia de género” e “intento de violación”.
Ignacio Ramos Marrau, el dueño de la casa donde se denunció una situación de abuso a una menor en una pool party (fiesta en la pileta), en Paraná, Entre Ríos, no es una persona desconocida en el ámbito político.
Ignacio Ramos Marrau y su hijo "Pepe": ambos cuentan con una denuncias por intento de abuso.
Ramos Marrau tiene como fachada su condición de publicista, dueño de dos radios y participación en negocios inmobiliarios, pero su verdadero ingreso económico se basa en la tarea de prestamista que desarrolla en ámbitos de lo casinos de la zona y el alquiler de propiedades. Es considerado uno de los más importantes, por el volumen de dinero que maneja, según confirmaron a BigBang distintos allegados al círculo del publicista. Muchos temen hablar sobre él y aseguran que es temen sufrir "apretes".
La casona de la "pool party".
Ramos Marrau le había alquilado al gobierno entrerriano, en el 2014, una propiedad para el funcionamiento del “Hogar de protección integral de la mujer en situación de violencia” y el Consejo de Prevención de la violencia, según confirmó Análisis Digital.
La medida quedó establecida en el decreto 570 de la Gobernación, fechado el 27 de marzo de 2014. La casa ubicada en la calle Belgrano se alquiló a partir del 1 de marzo de 2014 y por el término de dos años, por un monto mensual 16.500 pesos durante los primeros 12 meses y 22 mil pesos en el periodo restante, “por resultar el precio conveniente a los intereses del Estado y adaptarse el inmueble de las condiciones edilicias y de habitabilidad requeridas en la cotización”.
La casa que le alquilaron a Ramos Marrau.
Pero la administración de Sergio Urribarri nunca tuvo en cuenta que Ramos Marrau tenía varias denuncias en la justicia por violencia contra sus ex parejas. Sus ex parejas lo denunciaron en 1992, 1995, y una reciente en 2015. Todas las acusaciones son por lo mismo: “violencia física”. Y como si no fuera suficiente, en 1983 fue denunciado por intento de violación.
Ramos Marrau en el su pasado.
Ahora su hijo, “Pepe” -como se lo conoce en la zona- es uno de los cuatro acusados por la joven denunciante. Además, están involucrados otros tres jóvenes de entre 20 y 22 años, como así también un menos de 17. Los cuatro fueron imputados por la fiscal de la Unidad de Violencia de Género, María Fernanda Ruffatti.
Como si fuera poco, Ramos Marrau es uno de los mejores amigos y mantiene una relación de “socios” de una de las radios, a partir de 2000, con el locutor Gustavo Alfonzo, actualmente con prisión domiciliaria en Concordia, procesado por trata de una menor de edad con fines de explotación sexual y por el hecho de promover y facilitar la prostitución abusando de su situación de vulnerabilidad. La causa, como se recordará tomó repercusión nacional a partir de la difusión que le dio la monja Martha Pelloni.
Gustavo Alfonzo, el locutor detenido por trata de personas y explotación sexual.
Se indica que Alfonzo reclutaba mujeres para explotarlas sexualmente en forma abierta y que para ello contaba con la protección de varias personas: funcionarios, integrantes de fuerzas policiales y de seguridad, narcotraficantes y empresarios.
