Más
Actualidad

Iron Mountain, el dolor y las sospechas a nueve años de la tragedia: "No creo en las casualidades"

La última vez que “Mimi” Albornoz vio a su hijo Sebastián fue el lunes 3 de febrero de 2014, dos días antes de que el galpón de Iron Mountain, en el barrio porteño de Barracas, se cobrara su vida. 

25 Abril de 2023 12:35
353cd87c-be84-4914-b7a9-b0261f0a3b41

En la tarde del lunes, el fuego volvió a envolver el depósito de la firma Iron Mountain, esta vez, afortunadamente, sin víctimas fatales. Alrededor de 11 dotaciones trabajaron a contrarreloj para evitar que las llamas provocaran una nueva tragedia. Y hasta el momento, solo se reportaron daños en la estructura edilicia, como el derrumbe de dos paredes.

“Iron Mountain es fiel cumplidor, vende el espacio y la destrucción”, dijo al comienzo de su relato a BigBang la mamá de Sebastián Campos, “Mimi” Albornoz. “Flaco”,como le decían sus amigos, tenía 34 años y vivía en Florencio Varela, en la misma casa que pasó su infancia, también en la misma en la que tomó por última vez mate con su madre. “Extraño esos '¿ma, pa... tomamos unos mates?”, recordó Mimi.

Sebastián era bombero voluntario, oriundo del barrio Villa Argentina, del cuartel de Vuelta de Rocha. Fue uno de los primeros en llegar y quedar bajo el derrumbe en pleno rescate en aquel incendio ocurrido en 2014. “Era un hombre común, como cualquiera de nosotros, con defectos y muchas virtudes, que tomaba tren colectivo, subte. No tenía nada que ver con esto. Ninguno de nosotros teníamos nada que ver con esto. Era un buen hijo. Seba era eso, era trabajador. Le encantaba estar haciendo cosas”, manifestó. 

La última vez que Sebastián vio a su familia fue el lunes 3 de febrero de 2014, cuando todavía faltaban dos días para que las llamas se llevasen la vida de varios inocentes, entre ellos a “El flaco”.  “A última hora el padre lo llevó al cuartel. Yo no quería que se vaya de casa , yo quería que se quede a descansar en casa una semana más, pero insistió en que tenía que volver. Y ese fue el último día que lo vi. Me dijo que no me preocupara, que todo iba a estar bien, que se iba a cuidar”.

El 5 de febrero de 2014, sonó la alarma que llamó a Sebastían a su último incendio. Llegó a Barracas, como a cualquier otro siniestro, con la idea de que cuando terminara volvería a su casa, pero las llamas se volvieron una trampa. “Mi hijo, que estaba haciendo viajes de vialidad a la costa, nos llamó a todos preguntando por Sebastián. Prendimos la tele, la computadora y todo lo que teníamos en medio, y ahí vimos el desastre. Mi marido fue urgente al Argerich, porque era donde decían que estaban después de la caída de la primera pared y bueno, mi hijo ya no estaba en este plano, ya había partido”, contó, angustiada, Mimi. 

Su barrio, su gente, lo recuerda todos los días. De hecho, una calle de la zona lleva su nombre. “Florencio Varela lo conmemora todos los años, y lo recordamos todos juntos”, indicó la mujer. El lunes de nuevo las llamas envolvieron al depósito de Iron Mountain, de nuevo otro incendio, de nuevo la misma escena. Para Mimi, y para todos los familiares, “es muy angustiante ver imágenes muy parecidas a lo que sucedió en el 2014”.

“Ya lo hemos visto, lo hemos sufrido y lo vamos a sufrir el resto de nuestras vidas desde el 2014 hasta que Dios diga basta con nosotros”, manifestó Albornoz al tiempo que remarcó que cree que “esto no fue otro accidente, sino que fue programado con el anterior”.

Iron Mountain se incendió otra vez: cómo se desató el terrible siniestro en el depósito de Barracas

“Todo para que se quemen los intereses de ellos, lo que no quieren que nos enteremos. Iron Mountain es fiel cumplidor de lo que vende, vende el espacio y la destrucción. A tal punto que la semana pasada pusieron un escrito en la causa con fotos diciendo que el lugar había sido vandalizado. ¿Qué casualidad? El lugar fue vandalizado y esta semana se volvió a incendiar. La casualidad es mucha y yo no creo en las casualidades”, denunció al terminar. 

La Causa

En 2014 fallecieron el comisario inspector Leonardo Day, la subinspectora Anahí Garnica, los cabos Carlos Veliz, Eduardo Adrián Conesa y Maximiliano Martínez, el agente Juan Matías Monticelli (del Cuartel I de Bomberos de la Policía Federal), los bomberos voluntarios Sebastián Ezequiel Campos y Facundo Ricardo Ambrosi (cuartel Vuelta de Rocha) y los rescatistas de Defensa Civil, Pedro Esteban Barícola y José Méndez Araujo.

En 2018, el juez de Instrucción 18 Pablo Ormaechea procesó a 18 de 23 imputados por incendio culposo seguido de muerte. Esta decisión fue apelada tanto por las defensas como por la querella, esta última en relación a los cinco sobreseimientos.

Según manifestó a este medio Javier Moral, abogado de las familias y de bomberos que resultaron heridos en la tragedia, están a la espera que el Tribunal Oral ponga la fecha de juicio: “Estimamos que a principios de año que viene, se sienten en el banquillo de los acusados los 18 imputados de los cuales son una parte de funcionarios del Gobierno de la Ciudad que tenían que haber velado para que esto no suceda, así como también los directivos de la empresa y personal de seguridad que habría cancelado nueve veces la alarma de alerta temprano, impidiendo así la llegada de los bomberos”.

A cinco años de Iron Mountain: los funcionarios procesados continúan trabajando en Nación y Ciudad

Respecto al reciente hecho consideró que “la situación vivida en el día de ayer es un déjà vu de aquellos vividos en el 2014 porque todo indicaría, nuevamente, la intencionalidad”. “A una semana de que se sortee un tribunal oral, a los efectos de que sean juzgados los 18 imputados en un juicio oral y público por la responsabilidad del 2014, o casualidad se vuelve a prender fuego. Tendría que haber habido una consigna de la policía del Gobierno de la Ciudad custodiando este predio para que estas cosas no sucedan”, sentenció.