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Irresponsable: el médico muerto en Chaco también era contacto estrecho de la "paciente cero" que violó la cuarentena

Francisco Marín murió el jueves por la noche. Se contagió de coronavirus al atender a una mujer que murió la semana pasada y que se había infectado de la "paciente cero" que violó la cuarentena al llegar de Europa.

03 Abril de 2020 12:28
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A Francisco Marín lo conocían como “Paco”. En Resistencia, provincia de Chaco, era un cardiólogo muy querido y trabajaba como director de Salubridad de la Municipalidad. Anoche, cerca de las 23.30, murió tras varios días internado por coronavirus. Aunque en un principio había rechazado la internación y optó por una recuperación en su hogar, hace una semana, cuando el cuadro se agravó, debió ser hospitalizado de urgencia.

Pero la historia de la muerte de “PacoMarín está directamente vinculada con la muerte de otra víctima del coronavirus en la provincia de Chaco: Ana María Tonzar, una mujer de 63 años, a quien Marín había atendido, que murió el 30 de marzo tras varios días internada con una gran dificultad respiratoria y asistencia mecánica.

Marín tenía 60 años y era paciente de riesgo, ya que desde hacía años padecía diabetes, una de las enfermedades que puede provocar complicaciones en los contagiados. De hecho, los médicos que lo atendieron creen que justamente la demora en hacerse el test que finalmente dio positivo fue trascendental en el cuadro de complicaciones que presentó en la última semana. Cuando su salud empeoró gravemente, la semana pasada, Marín fue internado de urgencia en el Sanatorio Fermechaco.

VÍCTIMA DE LA "PACIENTE CERO"

Pero la historia de la muerte de Marín tiene otro aspecto muy llamativo, ya que el cardiólogo de 60 años había atendido a Tonzar, quien a su vez se había contagiado de la “paciente cero” de Chaco, una mujer de 71 años y su hija de 34, quienes habrían “importado” el virus a la provincia tras regresar de un viaje por España y no mantenerse en aislamiento durante 14 días de forma preventiva. Lejos de eso, la mujer de 71 años participó hasta de un retiro espiritual, donde habría compartido e mate con Tonzar.

De hecho, por los sucesivos contagios vinculados a la “paciente cero”, los fiscal federal Patricio Sabadini abrió una investigación para determinarla responsabilidad de ambas mujeres, sobre todo teniendo en cuenta que la mujer de 71 años es una médica jubilada que tenía conocimiento del riesgo que podría implicar para la salud de terceros no cumplir con las medidas de aislamiento.

La historia fue así: la médica de 71 años tomó mate con Tonzar, quien enfermó y, a su vez, contagió al médico Marín, que la atendió días atrás. Sin embargo, las dos muertes no son las únicas vinculadas a las “pacientes cero”, si se tiene en cuenta que el martes 24 de marzo también falleció Guido Benvenutti, quien se infectó de coronavirus tras haber estado en contacto con una de las dos “pacientes cero”.

De hecho, las sucesivas muertes, tanto la de Benvenutti como la de Tonzar y ahora la de Marín, podrían ser un agravante en una futura investigación judicial sobre las dos mujeres que violaron el aislamiento. Cuando volvieron del país, si bien no regía el decreto de cuarentena total, sí regía la medida de aislarse por 14 días para quienes regresaran de países que integraran las “zonas de riesgo”. España claramente estaba en ese listado.

La situación, además, podría ser aún peor, si se tiene en cuenta que Chaco es el tercer distrito del país con más contagiados, después de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. En total, hasta el jueves por la noche, registraban 106 casos positivos: más de la mitad corresponden a “contactos estrechos” y apenas un 18 por ciento a personas con antecedentes recientes de viajes al exterior.

Si bien las “pacientes cero” fueron dadas de alta, fueron imputadas formalmente en una causa que tramita en el juzgado de Zunilda Niremperger. El fiscal Sabadini por ahora las acusa de haber violado el artículo 202 del Código Penal, que entre otros aspectos contempla una pena de prisión de tres a 15 años para quienes propaguen una “enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas”.