23 Noviembre de 2016 10:03
"La idea fue sacar algo bueno de una situación de mierda", dice Tomy Béccar Varela, que tiene 18 años y que juega al rugby en el Sic (San Isidro Club). Su entrenador, Eduardo 'Coco' Oderigo, desarrolla en el pabellón 8 del penal de San Martín el proyecto de Los Espartanos: un equipo de rugby formado en el prisión, con la esperanza de utilizar al deporte como vehículo de inclusión social. Allí está detenido Javier, el joven que hizo una "entradera" en la casa de los Béccar Varela hace dos meses.
Bien: Tomy gestionó personalmente ante Oderigo la inclusión de Javier en el equipo, y ayer se presentó en el penal para jugar un partido junto al que dos meses atrás le había robado.
Javier y Tomy: en el penal de San Martín. Deporte por la inclusión.
"Fue medio extraño el encuentro. Él es muy tímido y yo todavía tengo la imagen del robo", pero sé que a futuro va a a ser diferente", reconoció Tomy.
"El rugby los integra, los tranquiliza a los internos, les hace bien. Ellos dicen que cuando juegan se sienten libres. Ojalá así sea", dice Tomy.
Un robo y una noche para el olvido
A fines de septiembre, cuando Milagros, la hermana de Tomy, estaba entrando a su casa, en Lomas de San Isidro, Javier la amenazó con un cuchillo y se metió en la casa. Les robó efectos personales, dinero, celulares. Tomy, que estaba en la planta alta, alcanzó a llamar a la policía. Mientras tanto, Javier le ordenó a Héctor, el padre de Tomy, que lo llevara a la Cava, que queda a unas diez cuadras de su casa. La aparición de la policía, y la negligencia con la que actuó, pudo haber desatado una tragedia, pero eso es otra historia.
El rugby, como herramienta integradora
En la página oficial de Los Espartanos, se explica cuáles son los objetivos del equipo:"Ayudamos a través del deporte a:
Que el nivel de violencia diaria entre las personas privadas de su libertad y los guardiacárceles se reduzca al mínimo.
Que las personas privadas de su libertad dejen de pensar de una manera individual y piensen de una manera grupal (valores).
Que el pabellón mejore al punto tal de hacer propio el lugar (sentido de pertenencia).
Que las personas privadas de su libertad respeten las reglas y normas de convivencia (sentido de autoridad).
Que las personas privadas de su libertad mejoren su salud y condición física."
Esa es la idea, entonces. Que los valores de compromiso, solidaridad y superación que involucra el rugby, ayuden a los detenidos a pensar en un futuro mejor cuando estén afuera. Y que, de paso, se diviertan.