Entre el enorme dolor de María José Suárez también asoma un nuevo sentimiento: la reivindicación. "Ahora no me para nadie", asegura la viuda de Javier León, uno de los fallecidos durante el show que el Indio Solari brindó en Olavarría.
María José es la viuda de Javier León, uno de los muertos en el show del Indio.
Es que hoy la forense Mirta Mollo determinó que la muerte de León y de la otra víctima de esa noche trágica, Juan Francisco Bulacio, nada tuvo que ver con el consumo de sustancias: ambos perecieron luego de una asfixia prolongada.
"Tengo una hija de nueve años y un adolescente de 17. Vos no te das una idea lo que los perjudicaron los comentarios esos", se lamenta María José en relación a la defensa planteada por los organizadores del recital, que apuntaba a que Javier murió por consumir alcohol y marihuana.
"No murió un drogadicto más", subraya la viuda. "Están muy equivocados y lo quisieron pasar así. Intentan eso, pero yo no se los voy a permitir".
"Una falta de respeto"
Para Suárez, la responsabilidad de la muerte de su marido le cabe tanto a los hermanos Marcos y Matías Peuscovich (productores del concierto), como al intendente de Olavarría Ezequiel Galli y al mismísimo Solari.
Javier León era padre de una hija de 9 años y de un hijo de 17.
"No lo puedo dejar ajeno a todo esto porque el sabía la capacidad de gente que entraba en el lugar y no le interesó", señala involucrando al artista. "No tuvo ni siquiera la delicadeza ni la parte humana de decir que lamentaba lo que pasó. Es una falta de respeto".
"Nosotros fuimos honestos, fuimos a un show, compramos los tickets, y me devolvió un marido muerto y una familia colapsada", agrega masticando furia. "No te puedo describir lo que es mi vida ahora. Fue un irrespetuoso. Allegados a los abogados de él hasta llegaron a cuestionar que mi marido estuvo esa noche ahí".
Caos total
En el relato de María José además,queda clara la deficiente organización del show, que no sólo determinó la descompensación de Javier sino que se imposibilitara la atención médica instantánea.
"Él no podía respirar, estábamos apretujados. Se comenzó a desvanecer y se puso pálido, como si le bajara la presión. Era imposible sentarse, así que a empujones y a los gritos logré llevarlo para un lateral", rememora.
Y como si el momento no hubiera sido desesperante por sí solo, Suárez misma tuvo que ocuparse de cuidar de su esposo en la carpa sanitaria.
La atención médica a Javier también fue deficiente.
"Aún no había empezado el recital y ya tenían un montón de gente descompensada", relata describiendo el colapso de la atención médica en el predio. "Y cuando me dicen que tengo que ir para el hospital me costó horrores salir. Tenía que caminar a contramano de la caravana de gente que seguía entrando cuando el show ya había comenzado".