22 Diciembre de 2020 16:22
El día en el que supuestamente ocurrió el femicidio de Florencia Romano en Mendoza, un vecino del hogar en el que vivían los dos acusados, Pablo Arancibia y Micaela Méndez, llamó para alertar sobre los gritos que oía.
En la llamada, el hombre asegura que hay un caso de violencia de género en un domicilio ubicado en el pasaje Berra y Padre Vázquez, e incluso brinda la numeración del lugar.
La operadora le responde que la calle no figura en sus datos, ante lo cual el denunciante le responde que se puede buscar en Google Maps donde aparece claramente.
"Hasta luego, señor": el llamado al 911 que pudo haber evitado el femicidio de Florencia
Sin embargo, la operadora -identificada como Soledad Herrera- cortó abruptamente la llamada y no dio aviso para que las fuerzas de seguridad se movilizaran a la zona. Y por el horario de la comunicación, se teoriza que los gritos escuchados por el vecino eran los de la adolescente de 14 años asesinada.
Herrera, ahora, no sólo fue suspendida y se le abrió un sumario administrativo, sino que, de acuerdo a Infobae, también el fiscal Jorge Calle comienzó a investigarla por el delito de abandono de persona y podría imputarla si logra reunir los elementos probatorios necesarios.
Los siniestros chats en los que el presunto femicida de Florencia acosaba a otra menor
Brote psicótico
El cadáver de Florencia fue hallado en Maipú parcialmente calcinado, con un corte en el cuello y marcas de golpes. El acusado, Arancibia, aún no fue indagado y está detenido en el penal de Boulogne Sur Mer.
El domingo, el reo amenazó con suicidarse en medio de un ataque psicótico, luego del cual fue trasladado por 24 horas a una institución psiquiátrica.
Hasta ahora no se pudo determinar, mientras tanto, cuál fue exactamente la participación de Méndez -su pareja- en el femicidio. Florencia habría mantenido contacto con ambos a través de las redes sociales.