La Confederación General del Trabajo (CGT) definió la fecha de su tercer paro general contra el gobierno de Javier Milei. Será el próximo 8 de abril y se espera que tenga un fuerte impacto, especialmente si se confirma la adhesión de los gremios del transporte, como en las dos medidas de fuerza anteriores. Sin embargo, aún resta definir si la huelga vendrá acompañada de una movilización masiva y, en tal caso, si el destino será el Congreso Nacional o la Casa Rosada. El anuncio formal se realizará con bombos y platillos tras la reunión del Consejo Directivo de la central sindical, prevista para este jueves 20 de marzo en el histórico edificio de la calle Azopardo. "La fecha está definida, los detalles se resolverán el jueves", confió un dirigente de la mesa chica de la CGT a la Agencia Noticias Argentinas.
La medida de fuerza fue impulsada por el ala más combativa de la central, que presiona para endurecer la postura contra el gobierno luego de la fuerte represión a la protesta de los jubilados frente al Congreso la semana pasada. En ese contexto, los principales referentes cegetistas consideran que es momento de redoblar la presión y marcar un freno a las políticas de ajuste impulsadas por el Ejecutivo. La relación entre la CGT y el gobierno de Javier Milei pasó en pocos meses de la coexistencia tensa a la confrontación directa. La tregua que parecía existir en los primeros meses de gestión se rompió definitivamente el pasado viernes, cuando el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer (Sanidad), anunció que la central obrera convocaría a un nuevo paro antes del 10 de abril.
Lo hizo en el Salón Felipe Vallese, acompañado por la conducción de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), organización ligada a Juan Grabois. En la primera fila del encuentro se encontraban figuras emblemáticas del sindicalismo, como Hugo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), quienes aplaudieron con entusiasmo el anuncio de Daer. El cambio de postura dentro de la CGT se venía gestando desde hace semanas y terminó de consolidarse en la última reunión de la mesa chica, en la que participaron, además de los mencionados, dirigentes como Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Sergio Romero (UDA), Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (Vidrio).
Uno de los factores que determinarán el impacto del paro será la adhesión de los gremios del transporte. Tanto la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), de tendencia moyanista, como la UGATT, su rival interna, jugarán un papel clave. En las últimas protestas, ambas centrales amagaron con participar de la marcha de los jubilados, pero finalmente se bajaron. Si esta vez deciden plegarse al paro, la actividad del país podría verse paralizada casi por completo.
En paralelo, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) ya definió un cese de tareas y retiro de los lugares de trabajo para este miércoles al mediodía, con el objetivo de volver a marchar junto a los jubilados al Congreso de la Nación. "Después de la represión ilegal, está más claro que nunca que la lucha es por los jubilados y principalmente en defensa de la democracia", declaró Rodolfo Aguiar, secretario general del gremio.
La CGT también se prepara para tener un rol protagónico en la marcha del 24 de marzo, cuando se conmemore el Día de la Memoria. Fuentes sindicales indican que la participación en esta jornada será masiva y marcará un punto de inflexión en la relación con el gobierno de Milei. Con este nuevo paro general, la CGT busca consolidarse como el principal frente opositor al Ejecutivo, sumando a su reclamo a sectores de la sociedad civil y otras organizaciones gremiales. La respuesta del gobierno aún es una incógnita, pero todo indica que el 8 de abril será un día clave en la puja entre la Casa Rosada y el sindicalismo.