Mientras se refugiaba de la lluvia en la estación de Constitución de la línea C del Subte, Mariana Gómez fumaba un cigarrillo junto a su esposa, y cada tanto, la besaba. Sin embargo, repentinamente fue sorprendida por un empleado de Metrovías que de mala manera, le dijo que en esa zona estaba prohibido fumar y que debía apagar el cigarrillo de inmediato.
Desde ese momento, que ocurrió en octubre de 2017, hasta ahora, pasaron muchas cosas. Gómez fue detenida, estuvo demorada por la policía varias horas, fue imputada por los delitos de "resistencia a la autoridad" y "lesiones graves", y ahora enfrenta un juicio que tendrá su resolución la semana próxima. "La verdad que me enoja y me indigna mucho todo esto. Al principio pensé que todo el lío fue por un cigarrillo, pero con el tiempo me di cuenta que desató porque mi esposa y yo estábamos juntas", aseguró a BigBang la joven de 26 años, quien está sumamente segura de que lo que pasó ese día en Constitución fue producto de un acto de lesbofobia.
Según declaró ella misma en el proceso que se inició en su contra este miércoles, mientras esperaba que la lluvia parara, se puso a fumar un cigarrillo en compañía de su esposa, Rocío Girat. Cuando se estaban por despedir con un beso para cada una ir a hacia sus respectivos trabajos, un empleado de Metrovías le llamó la atención y le dijo que dejara de fumar. Ella se negó, porque vio que todos los demás hacían lo mismo y nadie les decía nada, y para acomodar la situación, el policía Jonathan Rojo intervino, y mientras la trataba de varón, le pidió que apagara el cigarrillo.
"Él me dijo 'che pibe apagá el cigarro', le aclaré que soy mujer, tiré el cigarrillo, y me dijo que me iba detener. El policía todo el tiempo me trataba de varón cuando yo le aclaraba que era mina", aseguró la chica de 26 años, quien además explicó el Estado fue quien le inició el juicio, ya que se la acusa de "desacato a la autoridad" y "lesiones graves" contra una oficial de policía que llegó al lugar para apresarla cuando la situación ya había comenzado.
“El miércoles fue la primera audiencia, me dijeron que empezaba y terminaba ahí. Ese día declararon todos los testigos, y como no había mucho tiempo, decidieron que sigamos el martes”, contó la joven con un poco de incertidumbre y a la vez ansiedad. Ella no sabe lo que va a pasar en la próxima audiencia, pero está segura de que es inocente y de que todo esto empezó porque al empleado de Metrovías y al policía no les agradaba que la pareja se besara allí.
Ante la jueza Marta Aurora Yungano declararon varias personas. La primera en hablara fue Gómez, luego siguió su esposa, dos testigos del hecho, el policía Jonathan Rojo, el empleado de Metrovías y la oficial que asegura haber sido agredida.
En su testimonio, Rojo aseguró que en todo momento se dirigió hacia la acusada como mujer, y que incluso siempre la trató de "señorita" por lo que nunca le faltó el respeto a ella ni a su esposa. Además, en su relató explicó que en medio de la charla que mantuvo con las jóvenes, escuchó que Rocío Girat dijo que su mujer se había puesto violenta, por lo que él entendió que debía poner en marcha el protocolo por violencia de género, y por eso detuvo a Gómez, al pensar que entre ellas había una discusión por un problema previo.
"En realidad él (Rojo) nunca aceptó que estábamos casadas. Nos pedía todo el tiempo el certificado de matrimonio", sostuvo la joven de 26 años, quien además agregó que la policía Karen Villarruel declaró como víctima, porque en el forcejeo que mantuvo con Gómez, se le arrancó pelo de la cabeza.
En cuanto a los dos chicos que fueron testigo del hecho, aseguraron que ellos filmaron la situación porque empezaron a escuchar que había un griterio, lo que les llamó la atención. Una de las personas que declaró es empleada de la estación, y el otro es un joven bajaba del subte cuando vio que los policías ya tenían en el piso a la ahora imputada. "Los videos muestran el final, cuando ya me estaban por poner las esposas. La conversación del principio lo sabemos solo nosotros, el empleado de Metrovías, el policía, mi mujer y yo. Es su versión contra la nuestra", aseguró.
Para Mariana Gómez pasar por toda esta situación es difícil. Años atrás llevó a la Justicia a dos hombres, familiares suyos, que la habían abusado durante 16 años. Esa causa no salió como ella esperaba, y en un juicio abreviado para los agresores, se determinó que cumplieran una pena de 8 años de prisión.
Lo que pasó en ese entonces significó para la joven que no hubo, por lo que ahora está sorprendida y enojada por tener que someterse a un proceso que cree erróneo. “Es una burla, me da mucha bronca. Espero que la jueza pueda tener un poco de perspectiva de género, y que entienda que esto fue por odio", pidió.
Hacia el final de la conversación, la imputada sostuvo su inocencia, aunque aclaró que tiene mucha incertidumbre porque la única responsable de decidir el fallo es la jueza Yungano. "No hay certeza de lo que va a pasar, nosotros vamos por la absolución. Siento que soy inocente, porque al principio pensamos que todo pasó por un cigarrillo, pero viendo que nos pidieron la libreta y como me trataron cuando ya estaba detenida, ahora me di cuenta que esto desató porque mi esposa y yo estábamos juntas", cerró.