Usualmente, tendemos a asociar la palabra "procesados" con comidas repletas de ingredientes artificiales, saborizantes y conservantes. Pero en lo respectivo a la salud, ¿son los alimentos procesados siempre malos?
Lo cierto es que muchos alimentos totalmente naturales pueden contener toxinas, y un mínimo procesamiento ayuda a hacer que su consumo sea más seguro.
El principal ejemplo es la leche, que se somete a un proceso de pasteurización para eliminar bacterias potencialmente nocivas. Esto tiene que ver, además, con cambios en las costumbres cotidianas.
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"En las ciudades, las vacas eran ordeñadas todos los días y la leche vendida inmediatamente en los barrios", explicó a la BBC, John Lucey, profesor de ciencia alimentaria en la Universidad de Wisconsin-Madison. "A medida que las ciudades se hicieron más grandes, la leche ya no estuvo tan cerca y tardaba más en llegar al consumidor, lo cual hacía que los patógenos se multiplicaran".
Procesar alimentos también puede ayudar a retener nutrientes. Por ejemplo, el congelamiento ayuda a que frutas y vegetales retengan vitaminas y minerales que se degradarían si sólo se conservaran en la heladera.
"Los tomates en lata son el ejemplo principal de cómo un alimento procesado puede ser mejor que fresco. Pueden cultivarse más tarde cuando están más maduros, y procesarse de una manera mucho más suave", señala al respecto Gunter Kuhnle, profesor de la Universidad de Reading.
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Sin embargo, hay que tener en cuenta que todos estos datos se aplican a procesos poco invasivos. Los alimentos ultraprocesados -con gran presencia de aditivos químicos, azúcar y sal- alteran la flora intestinal, causan inflamación y obesidad.
"No hay una buena definición de 'comida procesada'", remarca Lucey en relación a esa diferencia. "A veces, procesar un alimento puede ser tan simple como calentarlo o enfriarlo".
Así, ciertos alimentos ultraprocesados pueden estar relacionados con problemas de salud, pero eso no significa que todos los alimentos procesados sean nocivos. E incluso varios pueden ser más seguros de consumir que sus contrapartes sin procesar.
Lo que siempre hay que tener en mente, al fin y al cabo, es que los alimentos que consumimos deben estar lo más cerca posible de su forma natural.