La columna que el domingo pasado publicó Carolina Aguirre en la revista de La Nación, donde relató el violento episodio en un hotel colombiano cuando ella le anunció a su pareja de ese entonces -el experto 2.0 Mariano Feuer, según el mismo reconoció después, aunque no admitió los hechos- que quería terminar la relación, ahora tiene sus primeras repercusiones: mujeres que vivieron episodios violentos con la mimas persona se animan a contar su propia historia.
Una de las más llamativas y emotivas fue la que publicó en su perfil de la red social Facebook la periodista Carolina Ortega, quien en otro emotivo relato, cargado de bronca, de impotencia, pero también de valentía, expuso a Feuer como maltratador pero en otro ámbito, el laboral. BigBang intentó comunicarse con él sin éxito.
Carolina Ortega denunció que Mariano Feuer, el ex de Carolina Aguirre, la maltrató en su trabajo, y además luego quiso destruirla cuando renunció.
Ortega trabajó con Feuer en su agencia de prensa y debido a los constantes maltratos se vio obligada a renunciar. Pero la historia no terminó ahí: luego de desvincularse, siguió el acoso, la mentira y el maltrato. Su ex compañero se ocupó de difamarla, dejarla mal parada ante potenciales clientes y, lo que más le dolió, puso en duda una de las historias más personales y querida.
“Puta... yo viví el maltrato con este tipo. Es un loco. Y no desde el punto de vista sentimental, sino laboral. Este tipo es un psicópata y todas las características dan. No dudo ni por un minuto que esta mina (por Aguirre) haya sufrido todo eso”, contempló Carolina, con la voz quebrada y tomada por la congoja, ante BigBang, donde relató su calvario con la esperanza de que nadie más lo sufra.
- BBN: ¿Qué te motivó a contar tu historia?
- Ortega: Cuando leí la historia de Carolina Aguirre no supe en ese momento que era él el maltratador. De hecho nadie sabía porque no lo nombran en la columna. Pero cuando me confirmaron que la misma persona que golpeó a Aguirre en Colombia era la misma que me hizo sufrir tanto en mi trabajo me quise morir. Lo que realmente me motivó es que comencé a ver que muchos decían “Esa es una historia de dos locos” o que “Son problemas de pareja”. Y yo sufrí el maltrato con este tipo... me siento un poco responsable porque he compartido un trabajo -y su respectivo sufrimiento- con él.
Carolina Ortega en Almorzando con Mirtha Legrand, cuando presentó su libro
- ¿Qué respuestas tuviste?
- Ayer, a raíz de haber publicado mi historia, me escribieron muchas mujeres que no se animan a denunciar situaciones violentas con esta persona. Minas que están asustadísimas, que el tipo las golpeó, las amenazó. Cosas terribles he leído, pero yo no puedo salir a hablar por las víctimas.
- ¿Qué tiene que pudo engatusar y luego maltratar a tantas mujeres?
- No sé qué le ven, ni idea. Pero también entiendo que las personas con ese grado de psicopatía tienen que ser una especie de encantador de serpientes. Una cosa sí noté con todos los mensajes de chicas que me contaron haber vivido situaciones violentas con él y todas tienen un común denominador: o las agarró en el medio de un duelo, o porque estaban atravesando un divorcio, o porque estaban buscando trabajo... es como que detecta la vulnerabilidad. Es como un cazador que va oliendo donde está el punto vulnerable y se ve que el tipo tiene esa habilidad y se mete por ahí. Y es terrible. No sé cómo ha pasado tanto el tiempo impune.
Cruzar el límite: cuando se metió con su "Taxi" y su historia paternal
Con una vida 2.0 muy activa y varios años trabajando en el mundo de la prensa y la comunicación, Carolina Ortega tuvo un abrupto salto a la popularidad cuando desde @comandocarolita, su perfil en la red social Twitter, relató una historia digna de un film francés, esos donde los silencios dejan escapar a las emociones.
El libro que publicó luego del reencuentro casual con su padre en un taxi luego de 30 años sin verse
En 2013, se encontró con su padre luego de 30 años sin verlo. Y el escenario no pudo ser más onírico: ella se tomó un taxi, como los innumerables que se ha tomado a lo largo de su vida, y de pronto se dio cuenta que quien estaba frente al volante era él, su progenitor, la persona que no ve desde que tenía 7 años y que tardó 25 minutos en identificar.
Su historia primero fue una catarsi twittera, y luego un libro, “Taxi - Cómo encontré a mi papá después de 30 años”, donde el trasnochado relato cargado de magia e ingratitud urbana cobró forma para ahondar en ese vínculo que el destino volvió a cruzar en un mismo camino.
- BBN: Sufriste maltratos de todo tipo, durante y después de dejar la agencia: ¿cuál fue el que más te dolió?
- Ortega: Lo que más me afectó fue que se haya metido con la historia mía con mi papá. Con eso sí que estallé. Ya no estaba trabajando con él, y me pegó donde sabía muy bien que más me iba a doler. Me llegaron comentarios que decían que todo lo que viví con mi papá lo había pergeñado él, como si yo lo hubiera contratado para eso. Me enojé muchísimo con eso, y como soy calentona dije que lo iba a ir a buscar y no en los mejores términos. Pero fue entonces cuando me comencé a enterarme de sus peores historias.
- ¿Y cuáles eran esas historias?
- Una amiga que trabaja en prensa me dijo que a una amiga de ella la había arrastrado de los pelos en un café. Otra persona, también vinculada al ámbito de la comunicación, me dijo que había acompañado a su ex esposa a Tribunales para pedir una perimetral por golpeador. Otro más me contó que a otra mujer le hacía guardias en la puerta de la casa, sacándole fotos de la puerta y mandándoselas para psicopatearla. Cuando comencé a saber eso frené, más que nada por mi familia. No vaya a ser cosa que pase algo con ellos...
Violencia de género: la homilía machista sin ámbito, momento ni lugar
Ya sea en una pareja, en la calle, en un trabajo o donde sea, la violencia de género cobra forma sin importar el ámbito, el lugar y/o la relación. No necesariamente es entre dos personas que están en una relación sentimental.
Y Carolina Ortega lo sabe, y lo sabe porque lo sufrió: jamás tuvo sentimientos con Feuer ni mucho menos, sólo compartió un trabajo, sin embargo la violencia de género la alcanzó y casi sin darse cuenta: el maltrato laboral ya es confuso y difícil de probar en sí mismo, y mucho más cuando la relación de poderes entre un hombre y una mujer.
“Nunca hice nada público: en su momento me desligué con total normalidad de la agencia, de mi trabajo. No me fui haciendo escándalo”, aclara sin que sea necesario Ortega a BigBang. “Pero al poco tiempo comencé a vivir todo lo que me hacía para que yo no prospere. Clientes me comentaban lo que él decía de mí, como intentaba destruirme. Ya me había obligado a dejar un trabajo, ahora también se metía con mi nuevo emprendimiento. ¿Cuánta maldad tiene que tener alguien para meterse con el pan de la gente? ¡Es nefasto!", comentó dolida.
Con Sebastian Wainraich, cuando Carolina Ortega fue a Metro y Medio y emocionó a toda la audiencia con su historia
- ¿Qué le aconsejarías a los que sufren este maltrato en el trabajo?
- Mucha gente está y va a estar en la posición laboral que yo estuve, y sé muy bien que no se termina como podría terminarse cualquier laburo, donde uno renuncia y todo queda en el pasado. El maltrato que yo sufrí tuvo consecuencias. La sociedad machista no sólo opera sobre las relaciones personales o sentimentales, también en las laborales, porque más de uno me debe haber acusado a mí de ser la loca que se fue, la despechada... cuando en realidad yo me fui obligada por las circunstancias. Yo me tuve que quedar sin laburo por decisión propia, debí escapar de eso. Afortunadamente yo tuve una familia que me bancó, pero no todos tienen lo mismo.
- ¿Qué crees que vaya a pasar de ahora en más?
- No lo sé, pero por lo menos ahora este personaje ya no tiene una faceta oculta. Cualquiera que lo busque en Google va a tener un panorama de con quien se está encontrando. Yo no es que me siento víctima, pero si siento una responsabilidad.