12 Octubre de 2016 08:20
Carteles para exigir justicia, flores para homenajearlo y una foto grande para recordarlo. La entrada de la Iglesia Nuestra Señora del Valle, donde encontraron ahorcado a Juan Viroche, cambió para siempre. La faja de clausura para preservar la escena lo demuestra. Pero hay algo más que conmueve: la espera estoica de un perro.
El perro de la iglesia aún sigue esperando a Juan Viroche.
Acostado sobre uno de las pancartas con las que el pueblo de La Florida marchó la semana para darle un último adiós al cura, el perro, de color beige, cumple hoy ocho días esperando en vano el chiflido de quien lo adoptó como propio para darle de comer. "No sabemos su nombre, pero sí que respondía a su llamado", recordaron vecinos ante TN.
El jefe de la Iglesia Nuestra Señora del Valle denunciaba a las bandas narcos en La Florida.
"Lo sigue esperando al cura", expresaron quienes caminan por la vereda de la iglesia desde donde Viroche denunciaba la presencia de bandas narcos en el pueblo ubicado a 70 kilómetros al este de San Miguel de Tucumán: "Les venden o les regalan eso (droga). Les hacen creer que llenan sus vidas. Pero eso mata lentamente a los jóvenes".
Por eso, el fiscal, quien primero avalado la posibilidad de un suicidio a pesar de las amenazas recibidas, ahora estudia la hipótesis del homicidio presionado por la indignación de toda La Florida. Pero, a diferencia del propio abogado de la familia, José del Río, que abandonó la defensa por considerar que el cura se quitó la vida, el perro lo sigue esperando.