"Está comprobado por expertos en salud y claramente por las declaraciones de los testigos y principalmente de los responsables", dijo el miércoles en exclusiva a BigBang, Flavia Antonelli, mamá de Virginia Pérez Antonelli, quien le hizo RCP a Fernando Báez Sosa en la noche del 18 de enero de 2020. Su hija estaba presente en el momento en que los rugbiers de Zárate lo mataban a golpes en plena calle de Villa Gesell y fue quien, en plena desesperación, salió corriendo a aplicarle sus conocimientos de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) para intentar salvarle la vida.
En la última audiencia del juicio, tanto los médicos forenses Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, como el abogado Hugo Tomei, intentaron responsabilizar a la mala praxis del RCP, entre otras cuestiones técnicas que "no pudieron" determinar y que implicarían los motivos por los que murió Fernando, a pesar de que es claro por las pruebas y los testigos.
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Tras esa declaración de los peritos de parte de la defensa de los ocho rugbiers implicados en el asesinato al joven de Caballito, la familia de Virginia confirmó que está tranquila por el procedimiento con el que intentó salvarle la vida es clave.
Y explicaron que la reacción de la joven fue agradecida por los padres de Fernando, según compartió la mamá, después de su audiencia en la que declaró su procedimiento y cómo sucedieron los hechos. Al respecto, Flavia compartió que la declaración de su hija fue "muy buena" aunque también fue "dura". "Básicamente dio una charla con certificado de RCP en mano de la Cruz Roja. La defensa no pudo objetar", declaró.
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Por su parte, el viernes 6 de enero, luego de hacer su declaración, Virginia compartió un video y un mensaje en sus redes sociales pidiendo justicia por Fernando: "Con esta declaración y este video quiero finalizar en cierto punto una etapa. Cuando miles de sensaciones te inundan y no sabes como seguir o como empezar, tenes que elegir un camino: previo a ingresar a dar el testimonio me agobiaba la angustia y el dolor, sin embargo, lo que se espera de cada uno de nosotros también es esa fortaleza que se necesita para hablar y enfrentar esa terrible realidad; mi camino fue la bronca, la bronca de saber que atrás mio había 8 cobardes poco arrepentidos, 8 personas siniestras con mucha maldad".
Y agregó: "Todos los que nos sentamos en esa silla a dar nuestro testimonio somos la voz de ese chico de 18 años que hoy, por culpa de esos asesinos, no puede hablar. Las palabras sobran cuando está todo a la vista, JUSTICIA es PERPETUA. Es momento de darle paz a esa familia y amigos, como también es oportunidad de abrirle los ojos a una sociedad inundada de maldad e inconsciencia, donde la vida no vale absolutamente nada. Espero que todo esto tenga un matíz positivo dentro de tanta oscuridad, con un gramo de esperanza en que podemos cambiar, que podemos ser una esperanza para todas las generaciones que vienen".