“¿Por qué denunció ahora si pasaron tantos años?”. En las redes sociales, aunque también desde algunos medios, hubo quienes se alzaron contra la actriz Thelma Fardin por denunciar una década después a Juan Darthés por la violación que sufrió en un hotel de Nicaragua durante una gira de la tira Patito Feo.
La respuesta es contundente: porque ahora puede. Pero también porque las leyes se lo permiten.
“En ese cuestionamiento hay un estereotipo, no tiene que ver con una cuestión técnica, sino que oculta un reclamo a la víctima. Decir 'tardó mucho' condensa el pensamiento de que está mintiendo y de que busca fama”, analizó la abogada de Thelma, Sabrina Cartabia. En diálogo con BigBang, aseguró que “la violencia sexual es un proceso traumático” y que “la norma social es que se calle por siempre, que no se denuncie”.
Darthés está acusado por violación. La causa se investiga en Nicaragua.
LÍMITES LEGALES
En la Argentina los delitos de violencia sexual no prescriben hasta los 12 años de ocurridos. El límite temporal está directamente asociado a las condenas máximas que prevé el delito que se denuncia. En el caso del abuso sexual con acceso carnal, el Código Penal estipula condenas de entre los seis y los doce años de cárcel.
Sin embargo, en el caso de los delitos cometidos contra menores de edad, el plazo máximo para llevar a cabo la denuncia recién comienza a regir a partir de la mayoría de edad. “En el caso de las violaciones se hizo una reforma procesal hace años para que muchos chicos abusados de pequeños pudieran hacerlo, hasta entonces no podían porque el delito ya había prescripto”, explicó a BigBang la fiscal federal Cristina Caamaño.
Valentía. Thelma Fardin se animó a denunciar a Darthés una década después.
Caamaño puso un ejemplo muy claro: si un niño fue abusado a los cuatro años, cuando cumpliera 16 ya no podría denunciar el delito.
Una jueza recordó a este medio una serie de casos donde las víctimas pudieron elaborar lo ocurrido y hacer la denuncia recién veinte años después de ocurridos los delitos. Sin ir más lejos, en septiembre pasado salió a la luz la denuncia de Juan Carlos García, un ex monaguillo de Salta que denunció ante la Justicia que fue violado en 1992, cuando tenía 16 años.
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Cartabia indicó que en Nicaragua los códigos son distintos, aunque aclaró que en ese país la causa tampoco se encuentra prescripta. “La violencia es un proceso traumático, la norma es que haya silencio, lo habitual es que se calle por siempre, pero esa habitualidad está cambiando”, señaló.
“Hay mucha doctrina penal feminista sobre los puntos de violación, hay una imagen mítica de lo que es la violación: un extraño, que ataca con fuerza y golpea, en un callejón oscuro a las tres de la madrugada. Eso ocurre, sí, pero en la mayoría de los casos son conocidos: se da dentro de las casa, de los lugares de trabajo, sin que sea necesario que se imprima fuerza física”, detalló la abogada de Thelma Fardin.
El abuso ocurrió en el hotel de Nicaragua donde el elenco se alojaba durante una gira.
Caamaño describe que se trata de “acciones dependientes de instancia privada”, lo que implica que sólo puedan ser denunciados por la propia víctima, a pesar de que otra persona sea testigo. “Si se trata de un menor la puede presentar el tutor o representante legal. Sólo se puede hacer de oficio en caso de que sea un ascendiente, es decir, los padres”, remarcó.
¿MENTIRAS?
“El estereotipo más fuerte es que se trata de una mentira y que se busca fama, como si esto dejara mejor paradas a las mujeres. Al contrario, pueden perder el trabajo. Hay mucho descreimiento”, sostuvo Cartabia.
Según Caamaño, son muy pocos los casos donde hay mentiras, y están restringidos casi por completo a una situación específica. “Suele haber un caso en el que sí, cuando hay un contexto de divorcio, y se presenta una denuncia donde les hacen repetir cosas a los chicos, que ellos en un informe psicológico no pueden sostener porque no vivieron ese hecho traumático”, explicó la fiscal federal.