12 Julio de 2018 14:07
Fueron muchos los argentinos que celebraron la victoria de Croacia ante Inglaterra por 2 a 1 en el Estadio Olímpico Luzhnikí. El fuerte apoyo al elenco de Zlatko Dali? se debe, principalmente, al doloroso recuerdo de la Guerra de las Malvinas, que persiste y persistirá en la memoria de cada uno de los argentinos con el paso del tiempo. Pero existe una impensada alianza entre Argentina y Croacia que no muchos recuerdan y que derivó en la condena a siete años de prisión de Carlos Menem.
Croacia, finalista de un Mundial por primera vez.
Durante su mandato como presidente del país (1989-1999), el actual senador de la Nación fue el protagonista de un escándalo político que tomó gran relevancia en los últimos años con la confirmación de su condena. El ex presidente permitió la venta ilegal de armamentos a Croacia y Ecuador, países que por entonces enfrentaban distintos conflictos bélicos.
Los argentinos no dudaron y apoyaron a Croacia.
La venta de armamento a la actual nación europea tuvo lugar durante el primer mandato de Menem (1989-1995) y el por entonces jefe de Estado, ignoró el embargo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le habían aplicado a la ex Yugoslavia.
Los envíos de armamento a Croacia comenzaron en 1991, cuando Menem firmó dos decretos por entonces secretos, legitimados por varios de sus ministros. Los envíos prosiguieron entre 1993 y hasta 1995, año en que Menem puso su firma a un tercer decreto “secreto” para esa finalidad.
La guerra se desarrolló en la ex Yugoslavia entre 1991 y 1995: las batalla regó de sangre los pueblos y tiñó de odio a sus habitantes. Un año antes de que estallara el conflicto bélico, Croacia era todavía parte de la República Federativa Popular de Yugoslavia.
Ese estado había sido fundado tras la Segunda Guerra Mundial y reunía a Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. El régimen era dirigido por Josip Broz Tito.
Un gran número de desencadenantes, como la muerte de Tito y la aparición de Slobodan Milosevic, cuyo deseo era centrar todo el poder político en Serbia alegando que era el pueblo más numeroso dentro de Yugoslavia, motivaron el deseo independentista de Croacia.
La guerra estalló tras el asesinato de un joven militar yugoslavo: el 25 de junio de 1991, Croacia proclamó su independencia de Yugoslavia y un mes después inicio la guerra contra las fuerzas agrupadas en la denominada República Serbia de Krajina, las cuales buscaban el regreso de los croatas al bloque que conformaba Yugoslavia.
Un tanque serbio destruido durante la guerra.
Como dato que fortalece aún más la alianza entre Croacia-Argentina, es que el ejército serbio recibió el apoyo de, entre otras Naciones, de Inglaterra en su afán de doblegar a los croatas. El conflicto duró cuatro largos y sangrientos años, desde 1991 hasta agosto de 1995, y dejó al menos 20 mil muertos y 37 mil heridos, según las cifras croatas.
Por eso en el partido entre Croacia e Inglaterra se disputaba algo más que el pase a la final: el recuerdo al apoyo de los ingleses a los serbios durante la guerra. Algo similar al partido entre Argentina e Inglaterra en el Mundial de 1986, con el recuerdo aún fresco de la guerra por las Islas Malvinas.
En lo que respecta al armamento, se estimó que se traficaron un total de 6.500 toneladas de armas y municiones, las cuales eran construidas por Fabricaciones Militares (FM). Sin embargo, como Croacia necesitaba de estas herramientas con suma urgencia, se exportaron -por ejemplo- cañones de 155 mm del Ejército, borrándoles el número de serie y el escudo argentino.
Como si esto fuera poco, al menos 400 voluntarios argentinos lucharon también por la libertad croata. Todos ellos combatieron en las fuerzas de defensa de Croacia. A su vez, entre los voluntarios, se destacó el ex capitán del EA, Rodolfo Barrios Saavedra, quien llegó a convertirse en uno de los altos jefes del ejército croata y se fugó del país después de haber participado en el levantamiento carapintada que encabezó el ex coronel Mohamed Alí Seineldín.
Aunque se ratificó la condena, Menem por ahora no irá preso.
En junio del año pasado, la Cámara Federal de Casación confirmó la condena a siete años de prisión de Carlos Menem. Sin embargo, el ex presidente continúa libre por tener fueros como senador. En la causa, se determinó que el ex presidente permitió, durante su ejercicio y el Tribunal agregó que el actual senador "dañó la imagen internacional del país" .