Con 145 años de vida, el Cementerio de la Chacarita supo ser uno de los iconos arquitectónicos de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo el paso del tiempo y la desidia políticas lo convirtió en un lugar más truculento aún, que su propia función.
Limitado por las calles Guzmán, Jorge Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, del Campo y Elcano, dentro del predio se encuentra ubicado el Crematorio de la Ciudad. Considerado uno de los más grandes del mundo, más allá de su arquitectura, su popularidad reside por tener las tumbas de reconocidas personalidades como Carlos Gardel, Jorge Newbery, Alfonsina Storni, Aníbal Troilo y Antonio Berni, entre otros.
El romanticismo de los cementerios del cual caen presos turistas y ocasionales visitantes, nada tiene que ver con la actualidad de la Chacarita, donde en sus 95 hectáreas, las lápidas rotas, el pasto crecido, la basura y el equipamiento obsoleto tirado en los pasillos, los nichos abandonados y las lajas que las cubrían desperdigadas por doquier, muestran un escenario de abandono y descuido que data ya de varios años.
La basura y los equipamientos de oficina en desuso "descansan" en los pasillos que conducen a los nichos.
En lo que respecta a las tumbas, sólo la buena voluntad de los deudos, en algunos casos, contribuyen a que el desastre no sea total.
Desde 2014, "La Chacarita", como tradicionalmente se lo conoce, depende de Jorge Somoza, director de la Dirección General de Cementerios. Del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad, a cargo de Eduardo Macchiavelli, depende el nuevo proyecto de refuncionalización y puesta en valor de este espacio porteño.
Solo la voluntad de los familiares mantiene en buen estado las tumbas.
Además, en los dos últimos años, se registraron algunos episodios de inseguridad, como falta de piezas de bronce y plata en las bóvedas más caras del cementerio y robo a los visitantes, los cuales asistente con "miedo" a visitar las tumbas de sus familiares.
El agua también se acumula en las veredas del cementerio.
Otra de las quejas, vino a cuenta del brote de dengue que alcanzó la Capital Federal, en el que la Chacarita se convirtió en uno de sus focos. Sucede que el estado de abandono general incluye a la dejadez de los floreros de lápidas y nichos que acumulan agua sucia, que nadie recambia. A ello se suma los charcos de agua, producto de cañerías rotas y desagües sin mantenimiento.
La acumulación de agua en los floreros propicia la proliferación de dengue.
Frente a la entrada principal o peristilo del cementerio, diseñado por el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo durante el gobierno de Torcuato de Alvear, los automóviles se alínean en un improvisado estacionamiento que entorpece la llegada de quienes asisten a despedir a sus familiares. El nuevo proyecto de refuncionalización prevé la adecuación de este espacio para eventos conmemorativos.
Las obras tendrán como objetivo la jerarquización del peristilo para destacar su arquitectura y su valor histórico. Sin embargo, no se dejará de lado a quienes accedan con vehículos, para lo cual se planteará una estructura que ayude a regular la velocidad del tránsito mediante bolardos con cadenas, que permitirán limitar o restringir el estacionamiento dentro de este sector.
Frente al Peristilo se ordenará la circulación de vehículos.
Además, el proyecto incluye un sector para armado de tarimas o escenarios donde se podrán realizar oficios religiosos y otro tipo de eventos sociales, destacan desde la Dirección Nacional de Cementerios.
La peatonal principal del cementerio denominada Avenida de las Tipas, es la calle principal de acceso al mismo y desemboca en la rotonda de las capillas. La misma es caracterizada por el imponente arbolado y por poseer una gran cantidad de panteones familiares notables por su arquitectura y antigüedad en el cementerio. En la búsqueda por reforzar su impronta, se aumentará la vegetación con nuevos canteros y renovando el mobiliario existente con nuevos bebederos, bancos y cestos.
El camino de acceso a la capilla se convertirá en un ámbito más agradable para los transeuntes.
"La rotonda de las capilla es utilizada como estacionamiento espontáneo por los asistentes de cada cortejo fúnebre, presentando un desorden funcional del tránsito vehícular y una pobre imagen paisajística", destacan fuentes de Mnisterio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.. "El nuevo proyecto ordenará la circulación y separa las carrozas de los vehículos particulares, distribuyendo lateralmente el estacionamiento y devolviendo el protagonismo a este espacio central del cementerio". Además, dentro del mismo se propondrá la inclusión de una gran fuente que defina el sector como un nodo de remate visual, sobre el eje de la calle peatonal y el peristilo.
El terreno lindero a la calle Garmendia es el espacio más abandonado.
Uno de los espacios más críticos es el que se encuentra entre las vías del ferrocarril y la calle Garmendia, que actualmente se encuentra completamente degradado. Allí se levantará una plaza, que luego formará parte del futuro parque Garmendia de aproximadamente 10 hectáreas
La ampliación de la parquización del cementerio, para acabar con su imagen desértica, se extenderá para generar espacios de esparcimiento con mobiliario y canteros de plantas aromáticas,mariposas y otro tipo de avifaunal. Como parte de este proceso también se incluirá la actual avenida de los Cipreses, donde se repondrán cipreses y se incluirá vegetación baja, que mejore las visuales internas de las sepulturas.
Ahora cementerio Chacarita. Fiesta del Dengue! 5muertos y @horaciorlarreta sigue escondido. Que podemos esperar pic.twitter.com/B1pomVzRc3
- sabina crivelli (@sabinacrivelli)
Este año, ya comenzaron algunas de estas obras, que también incluyen la mejora del tendido eléctrico y el cambio de tableros de control.