La presentación de la Emergencia en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tenía fundamentos que la fuga de los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci terminó de confirmar. El alarmante estado de las cárceles en la Provincia de Buenos Aires despertó la preocupación de la gobernadora María Eugenia Vidal y de su ministro de seguridad Cristian Ritondo, a quienes tan sólo les bastó una recorrida por diversos centros de detención del conurbano, unas semanas atrás, para dar cuenta del grave estado de situación que atraviesan los lugares de reclusión en el territorio que comandarán por los próximos cuatro años.
Preocupación por el alarmante estado del servicio Penitenciario en la Provincia.
BigBang conoció los detalles de una presentación que encuentra sus bases en el grave estado edilicio de los establecimientos penitenciarios a los que se suman el hacinamiento, la falta de comida y de mínimas condiciones de higiene y salubridad y la falta de seguridad para los presos. Todas cuestiones que violan, incluso, los derechos humanos de los privados de su libertad.
Vidal y Ritondo, ante el desafío de cambiar el funcionamiento del SPB.
Las paredes descascaradas acompañan el óxido de las celdas de los reclusos que pasan sus noches en colchones mojados por la pérdida de agua de los caños que atraviesan el techo de los calabozos. Entre las ratas y la falta de comida, la violencia se adueña de los penales. Todo ocurre detrás de paredes que exponen la falta de mantenimiento y la mala utilización de los recursos públicos.
Los presos de la Provincia pasan sus días en un estado alarmante.
Así describieron, por ejemplo, al penal de General Alvear, del que se fugaron los reclusos, fuentes del macrismo, descripción que bien podría extenderse a todo el sistema carcelario provincial, cuya distribución de los recursos está en la mira de la gestión Vidal
De ese penal de máxima seguridad escaparon, en la madrugada del 27 de diciembre, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, quienes cumplían condenas por el Triple Crimen de General Rodríguez. El estado de las penitenciarías, preocupa a la gestión que asumió recientemente debido a que no se condice con las partidas presupuestarias destinadas para el mantenimiento y correcto funcionamiento del sistema.
La fuga de Martín Lanatta, puso en evidencia el estado del SPB.
La huída de los Lanatta y Schillaci incluye, además, preocupación por la facilidad con la que los hombres se escaparon y preguntas tales cómo porqué se encontraban en la enfermería cuando debían pasar sus días en un área de máxima seguridad. A esto, según consigna el diario La Nación se le suma que todo el circuito cerrado de TV no funcionaba y las cámaras de seguridad no grababan.
La socióloga Alcira Daroqui, investigadora del Instituto Gino Germani y experta en sistema penitenciario, dialogó con BigBang sobre el actual estado de las cárceles bonaerenses y lamentó la actual situación del sistema en el país.
“Tenemos el peor servicio penitenciario en relación a los recursos que recibe la Provincia, que son muchos”, detalló sobre la actualidad del territorio bonaerense.
La lista de irregularidades en las cárceles, para Daroqui, es extensa y abarca desde problemas sanitarios hasta la falta de comida para los reclusos. “No tienen agua, duermen entre las ratas y no cuentan con baños. A veces pasan días enteros encerrados sin agua y sin ver la luz del día”.
Las pequeñas celdas en las que los reclusos atraviesan su condena.
Si en algo coinciden los expertos es que nadie se fuga de una cárcel como en las películas. Todos lo hacen con la connivencia policial y hacia allí apuntan los cañones de la investigación de Vidal, y el principal motivo por el cual descabezó a toda la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Florencia Arietto, integrante del Frente Renovador y ex jefa de Seguridad del Club Independiente, brindó a este sitio sus consideraciones sobre el sistema Penitenciario al cual lo catalogó como “el peor de Sudamérica” y cuestionó la gestión kirchnerista en materia penitenciaria: “Daniel Scioli fue un desastre, no se sabe a dónde fue a parar el dinero de los recursos públicos”.
Arietto expresó su preocupación por el estado de las cárceles en la Provincia.
La nula contención social de los reclusos durante su período en la cárcel contribuye a que tras el cumplimiento de su condena reincida en el delito. La falta de recursos para garantizar condiciones mínimas de vida incrementa el déficit de reinserción social y la “segunda oportunidad” nunca llega.
“He visto a reclusos comer sopa de suero en Ezeiza y tenemos casos gravísimos de tuberculosis en varios penales de la Provincia”, agregó Arietto.
A las graves carencias en higiene, se suma la falta de privacidad e intimidad que contribuyen a los casos de violaciones y abusos sexuales. Los presos no estudian ni tienen acceso al aprendizaje de profesiones que permitan reinsertarlos en el mercado laboral, y en la vida, una vez que abandonen el calabozo y cumplan sus condenas.