22 Agosto de 2019 17:42
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Rush de Chicago, consumir al menos una porción diaria de vegetales de hoja verde puede ralentizar el deterioro cognitivo que sobreviene con la edad.
Contra la demencia
Martha Morris, del Centro Médico de la Universidad Rush y autora principal del estudio, señaló que este hábito "puede ser una forma sencilla de fomentar la salud del cerebro: las proyecciones muestran aumentos importantes en el porcentaje de personas de mayor edad que desarrollan demencia, por lo que la implementación de estrategias efectivas para prevenir la enfermedad resulta fundamental".Leé más | Cómo combatir el síndrome urémico hemolítico: el llamado mal de la hamburguesa cruda
Concretamente, el estudio descubrió que las personas que consumían verduras como lechuga o espinaca a diario tenían una tasa de disminución más lenta en las habilidades en las pruebas de memoria en comparación con las que comen este tipo de alimentos escasamente o nunca.
El estudio
Para llegar a tales resultados, se monitoreó durante una década a 960 personas con una edad promedio de 81 años, que no presentaban signos de demencia. En ese período, se los consultó sobre la frecuencia con la que consumían ciertos alimentos, y se analizaron anualmente sus habilidades de pensamiento y de memoria.Leé más | Deliciosos y peligrosos: el consumo de alimentos superprocesados aumenta la mortalidad
Posteriormente, estos sujetos fueron divididos en grupos según su nivel de consumo de verduras verdes de hoja. Los que comían la mayor cantidad promediaban unas 1.3 porciones -medidas en tazas- por día, mientras que los que consumieron la menor cantidad de vegetales promediaron 0.1 porciones diarias.
11 años más joven
Así, se descubrió que la tasa de disminución de la capacidad cognitiva para el segmento de consumo más frecuente de vegetales equivalía a tener 11 años menos en términos de edad cerebral.Estos resultados continuaron siendo consistentes luego de que también se tuvieran en cuenta otros factores que podrían afectar la salud cerebral, como el tabaquismo, la presión arterial alta, la obesidad, el nivel educativo y la cantidad de actividades físicas y cognitivas de cada sujeto.