No sólo fueron los asesinos convictos más jóvenes del siglo XX sino que también abrieron un debate sobre el tratamiento carcelario para los delincuentes juveniles. Sus nombres eran Jon Venables y Robert Johnson, tenían sólo 10 años y su crimen fue tan escalofriante que shockeó al mundo entero.
Jon Venables y Robert Thompson, los asesinos, en su imagen de fichaje policial.
El 12 de febrero de 1993, ambos secuestraron a James Bulger, de dos años, de la puerta de la carnicería de Liverpool (Inglaterra) donde su madre estaba haciendo unas compras. 38 testigos los vieron caminando por las calles con el pequeño, visiblemente perturbado. Pero nadie intervino.
James Bulger, la pequeña víctima.
Antes, Venables y Johnson habían pasado el día encarando pequeños robos, y luego revelaron que venían planeando desde antes abducir y matar a un niño, sin ningún tipo de motivación particular.
Asesinato y condena
Luego de llevarse a James, Jon y Robert lo torturaron y asesinaron a golpes, dejando su cuerpo sobre las vías del tren buscando simular un accidente. El cadáver presentaba un total de 42 lesiones graves.
Con el secuestro de James captado claramente por las cámaras de seguridad de las cercanías de la carnicería, poco tiempo pasó antes de que se identificara a sus asesinos.
Las cámaras de seguridad grabaron el momento del secuestro.
Venables y Thompson tuvieron su primera aparición frente a la corte juvenil el 22 de febrero. Eventualmente se los juzgaría como adultos y recibirían un mínimo de 15 años de prisión como sentencia, lo cual causó amplio repudio en el pueblo inglés.
Liberación y nueva identidad
En 1999, una petición elevada por los abogados de los niños a la Corte Europea de Derechos Humanos llevó a la reducción de la pena y a la liberación de Jon y Robert en el 2001.
En otra decisión que abrió polémicas, ambos jóvenes (ahora de 18 años) recibieron nuevas identidades y hogares en lugares que permanecieron secretos. Se adujo que la medida se tomó para evitar posibles venganzas contra ellos.
Y si bien Thompson cumplió con los lineamientos legales -que incluían reportarse frente a oficiales de libertad condicional y no salir a la calle en horarios nocturnos- Venables volvió a tener un grave roce con la ley.
Así, lo último que se supo de él tuvo que ver con un cargo por posesión y distribución de pornografía infantil, que volvió a llevarlo a la cárcel hasta el 2013.