Es un hecho obvio que, cuando la vacuna para el coronavirus esté finalmente lista, no habrá suficientes dosis para todos. Más, considerando que seguramente quienes llegarán primero serán los países más ricos. La urgencia por conseguirla ha logrado que un proceso que usualmente lleva una década se reduzca a meses y lo que se analiza ahora es de qué forma será distribuida para dar abasto con los pedidos a nivel mundial.
Hasta ahora, las vacunas con más chances de efectividad podrían ser aprobadas hacia fin de año, aunque la Organización Mundial de la Salud señaló que recién a mediados del 2021 podrían instrumentarse inoculaciones a gran escala.
AstraZeneca, la compañía que tiene la licencia para la vacuna de la Universidad de Oxford y en cuya fabricación participará Argentina, suministrará alrededor de dos mil millones de dosis en todo el mundo.
¿Llegará para las Fiestas? La vacuna de Oxford podría comenzar a distribuirse antes de fin de año
Pfizer y BioNTech, por su parte, esperan poder obtener aprobación de las autoridades regulatorias en octubre, con lo cual podrían fabricar unas 100 millones de dosis para fines de 2020 y potencialmente más de 1.300 millones de dosis para fines de 2021.
Una carrera desigual
En ese marco, los gobiernos de todo el mundo buscan asegurarse vacunas pactando con compañías antes de que incluso los productos hayan sido certificados o aprobados oficialmente.
Inglaterra, por ejemplo, firmó acuerdos para obtener seis vacunas potenciales contra el coronavirus, que pueden tener éxito o no. Estados Unidos, por su parte, proyecta obtener 300 millones de dosis.
Esta práctica ha generado críticas de organizaciones como Médicos Sin Fronteras, que señaló en un comunicado que este tipo de acuerdos con compañías farmacéuticas crea "una peligrosa tendencia de nacionalismo de vacunas por parte de los países más ricos".
Para Mariângela Simão, subdirectora general de la OMS responsable del acceso a medicamentos y productos sanitarios, "el desafío será garantizar un acceso equitativo, que todos los países tengan acceso, no solo aquellos que pueden pagar más".
En ese sentido, la OMS está trabajando con el grupo de respuesta a epidemias, CEPI y la Alianza para la Vacunación (GAVI) para tratar de equilibrar la situación.
"Con las vacunas de Covid-19 queremos que las cosas sean diferentes", señala Seth Berkley, director ejecutivo de GAVI. "Si solo los países más ricos del mundo están protegidos, el comercio internacional, el comercio y la sociedad en su conjunto seguirán sufriendo con la pandemia porque continuará propagándose en todo el mundo".
Paralelamente, al menos 80 naciones y economías ricas se suscribieron a Covax, un plan que tiene como objetivo recaudar 2.000 millones de dólares para comprar y distribuir equitativamente la vacuna en todo el mundo.
A través de este programa, esperan garantizar que 92 países de menores ingresos en África, Asia y Latinoamérica obtengan acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas contra el coronavirus.
Precio y distribución
El precio de cada dosis de la vacuna también es un tema clave. La compañía farmacéutica Moderna, por ejemplo, está vendiendo el acceso a su vacuna a entre 32 y 37 dólares la dosis. AstraZeneca, por otro lado, adelantó que la cobrará "al costo", es decir, a unos pocos dólares por dosis durante la pandemia.El Instituto Serum de India (SSI), el mayor fabricante de vacunas del mundo por volumen, la venderá a un precio máximo de 3 dólares gracias a un respaldo de 150 millones de dólares de GAVI y la Fundación Bill & Melinda Gates para fabricar y distribuir hasta 100 millones de dosis.
Inglaterra, por su parte, distribuirá masivamente la vacuna a través del Servicio Nacional de Salud -de acceso público- y Australia anunció que vacunará a su población gratuitamente.
En relación a quiénes la recibirán primero, "cada organización o país tendrá que determinar a quién inmuniza primero y cómo lo hace", le declaró a la BBC Mene Pangalos, vicepresidente ejecutivo de AstraZeneca.
En los países inscritos en Covax, la idea es que reciban dosis suficientes para el 3% de su población, suficiente para cubrir a los trabajadores de la salud y de atención social.
A medida que se producen más vacunas, la distribución se incrementará para cubrir 20% de la población priorizando a los mayores de 65 años y otros grupos vulnerables.
GAVI, mientras tanto, apartará un 5% del número total de dosis disponibles para establecer una reserva que sirva al momento de cubrir brotes agudos y apoyar a las organizaciones humanitarias.
La logística también significa un problema. "Mantener las vacunas bajo una cadena de frío ya es uno de los mayores desafíos que enfrentan los países y esto se verá agravado con la introducción de una nueva vacuna", señaló a la BBC la asesora médica de MSF, Barbara Saitta.
"Habrá que agregar más equipos de cadena de frío, asegurarse de tener siempre combustible (para hacer funcionar el congelador y los refrigeradores donde no hay electricidad) y repararlos/reemplazarlos cuando se descompongan y transportarlos a donde los necesiten", explicó.