De la misma manera que habían expulsado a Maxi Mazzaro, número dos de la barra brava de Boca, la Seguridad de España deportó a Christian Ghisletti, integrante de Los Borrachos del Tablón que, a pesar de su derecho de admisión, había viajado a Madrid.
Ghisletti integra a Los borrachos del tablón.
"Cuando te ponés a ver estas fotos te agarrás la cabeza, el más triste de los finales", se puede leer en su cuenta de Facebook. La foto es de la cúpula de Los Borrachos del Tablón, la barra brava de River, en el partido de cuartos de final del Mundial 2006.
Un año casi después, la barrabrava de River se enfrentó para ver quién controlaría el dinero que manejaban y contaban por millones de pesos.
Ghisletti se muestra movilizado por los animales.
En el primer enfrentamiento del torneo Clausura de 2007, justo antes de enfrentar a Lanús, se generó una pelea violenta y finalmente se dividieron. Se quebró la cúpula. Adrián Rousseau por un lado (Acro y Ghisletti, con él), los hermanos Schlenker por el otro. Pero terminó de la peor manera. Gonzalo Acro terminó asesinado tiempo después y los Schlenker, en prisión por el crimen.
Durante el velatorio de Acro, Ghisletti y otros terminaron a las piñas y echaron de allí a un grupo de periodistas. La situación se fue de control. Intervino la Justicia y se inició una causa judicial por la Batalla de los Quinchos que terminó con allanamientos en su domicilio.
El barra siempre apoyó al club.
Ghisletti tiene 45 años. Lo conocen como "El Negro del Oeste", que nació y se crio en Ciudadela. Llegó a ser empleado de River durante la gestión de José María Aguilar: se desempeñaba como seguridad y control del club. Pasó a formar parte de la lista de barras con derecho de admisión, y en 2015 le pidió a la Justicia que lo sacaran de allí. Pese a que intentó entrar al estadio de Lanús en marzo del año pasado, se lo negaron.
Más allá de su historia, en sus cuenta de Facebook también suma posteos por demás polémicos. Además de los clásicos memes, cuestiona a algunas periodistas y provocó polémica al hablar de las reventas de entradas.
Más allá de las críticas, ahora intentó entrar a España y tampoco lo logró. Su consuelo será ver el partido por la tevé y como mucho, subir más fotos a Facebook.