Fue un abrazo, pero también fue mucho más que eso: 30 años esperó Diego Maradona Sinagra, más conocido como Diego Junior, para que su padre, Diego Armando Maradona, se parara a su lado y lo tratara como lo que es: su hijo.
Como si fuera una película dirigida por M. Night Shyamalan, Maradona volvía a darle un giro inesperado a su vida y cuando nadie lo esperaba reconoció a su hijo italiano, oficialmente ahora como su primogénito.
Asado de reencuentro.
Pero lo cierto es que detrás del abrazo hubo un intrincado cruce de broncas y enojos por parte de todas las mujeres que forman parte del círculo íntimo del Diez, algo que terminó conspirando para que las cartas caigan en la mesa a favor de Junior; una jugada en la que él no tuvo injerencia pero que terminó siendo el que más festejó el gol.
No lo hago porque te amo, sino porque te odio
Hasta no hace mucho, Diego Jr. era descripto por su padre con el televisivamente antológico sobrenombre de “Cara de Chota”. “Puede ser mi hijo, pero ya no. Alguien que te quiere ver muerto para cobrar la herencia, ¿a vos te parece que lo puedo tener en mi lista? En la lista negra lo tengo”, había dicho Maradona en Intrusos hace poquitito más de un año atrás.
Junior con Tinelli.
Nadie en su entorno tenía permitido que el bastardo italiano se acercara al Diez por nada del mundo. Inclusive, cuando en febrero de este año se filtró una foto de Junior junto a Dieguito Fernando, el hijo de 3 años de Maradona y Verónica Ojeda, el Diez estalló furioso y amenazó a la rubia con sacarle la casa y suspender la cuota de alimento.
Entonces, ¿qué cambió para que Maradona se dé vuelta como un cachorrito juguetón y ahora esté planeando un futuro junto a su promogénito?
En realidad nada, y al mismo tiempo todo. Porque una vez más la reconciliación fue consecuencia de las peleas internas que tienen las mujeres de su entorno, en este caso divididos en tres bandos: por un lado Dalma y Gianinna (del “Team Claudia”), por otro Rocío Oliva con Jana Maradona de aliada, y por último, pero no menos importante, Verónica Ojeda. Y todas se odian entre sí.
Si somos una familia muy normal
Cuando en junio pasado Diego Junior arribó a la Argentina para participar del Bailando 2016, Gianinna dejó en claro en Los Ángeles de la Mañana que ella tenía sólo dos hermanos: Dalma y Dieguito Fermando.
Luego también dejó entrever que Jr. era en realidad hijo de su tío Lalo, y lo impactante de esto último tapó un detalle que en ese momento pasó desapercibido: ¿Dieguito Fernando reconocido por Gianinna Maradona?
El encuentro se selló con un picadito.
Las hijas de Claudia Villafañe siempre vieron en Verónica Ojeda a una de sus peores enemigas, sin embargo ahora Gianinna, una de las más belicosas en esta guerra, se mostraba proclive a aceptar al hijo de 3 años que su padre tuvo con Ojeda.
Lo cierto es que las mujeres Maradona no hacen nada al azar, y cada una de sus acciones es pensada y ejecutada como si fuera una partida de ajedrez entre dos maestros mundiales.
“Puede ser mi hijo, pero ya no. Alguien que te quiere ver muerto , ¿a vos te parece que lo puedo tener en mi lista?
En esta última venida al país, Maradona no tuvo las mismas atenciones con su nieto Benjamín como en otras oportunidades; de hecho, no lo vio tanto como en viajes anteriores. Si a esto le sumamos que Gianinna se enteró que su padre pagó un viaje a Disneylandia a Rocío, a su hermanito Luciano, y a Jana, los celos y las broncas no se hicieron esperar.
Gianinna culpó enseguida al distanciamiento de su padre con su hijo a la mismísima Rocío Oliva, y a modo de venganza se acercó a su enemiga natural, Verónica Ojeda. Las mujeres del clan Maradona aplican al pie de la letra el viejo dicho de “Los enemigos de tus enemigos son tus amigos” cada vez que le tienen que pasar factura a otra, y en este caso Ojeda le vino al pelo a la hija menor del matrimonio del Diez y Villafañe.
Molesta por el viaje, Gianinna decide que es hora de dar a la luz su neo relación con Dieguito Fernando, y por eso publica en Twitter una foto de ella y Dieguito Fernando de espaldas, sin muchas aclaraciones. Muchos creyeron que era una foto con su hijo Benjamín, pero no: el que aparecía en la imagen era su hermanito. Y todo para que Rocío entienda que ahora ella estaba junto a su peor enemiga, Verónica Ojeda.
Y es entonces que Oliva decide darle la estocada final a Gianinna (y por ende a Dalma y por ende a Claudia) y hace su jugada mayor, la más arriesgada, la más inesperada, y la más dolorosa para el “Team Claudia”: hacer que D10S reconozca a Diego Junior Maradona Sinagra.
La peor cucharada para el "Team Claudia"
Lo que hizo Rocío fue extremadamente doloroso para “La Dalma y la Gianinna”: las hijas de Claudia no sólo odiaban a Junior por ser extramatrimonial sino por el libro “Maradona, mío padre”, que Junior escribió junto a la periodista Annamaría Chiariello hace casi diez años.
En el mismo, además de contar su verdad y sus sensaciones por no ser reconocido por Maradona, fue muy duro con Claudia Villafañe, a quien señaló como la mayor culpable de que su padre no le diera el lugar que se merece. El retrato que Junior hizo de “La Claudia” en ese libro la deja pésimamente parada y eso es algo que, al día de hoy, Dalma y Gianinna no le perdonan.
"Maradona, mío padre", el libro que Junior escribió y donde destroza a Claudia Villafañe
Y Rocío Oliva eso lo sabía muy bien, siempre fue un arma que tuvo cargada y lista para usar en el momento que ella quisiera. Y lo quiso ahora, justo cuando vio el acercamiento de Gianinna al “Clan Ojeda”, cuando notó que sus enemigas podían juntarse contra ellas.
Una jugada maestra que no fue la primera vez que utilizó: al fin y al cabo, cuando Diego Maradona reconoció en 2014 -y de manera inesperada como pasó ahora con Junior- a Jana, el rol de Rocío fue primordial para que el Diez se ponga las pilas como padre. Y el contexto en que se dio también fue en una batalla mortal entre ambas (recordemos que poco tiempo después, en Navidad, Gianinna echó a Rocío cuando fue a saludar a su papá).
Una vez más, los odios, los rencores, las broncas y, por sobre todo, las envidias, volvieron a manejar las idas y vueltas en la vida de película que el Diez tiene sobre sus espaldas. En este caso, beneficiando casi involuntariamente a Junior, que gracias a las peleas entre el “Team Claudia”, Rocío Oliva y Verónica Ojeda ahora puede disfrutar lo que tanto soñó los últimos 30 años: disfrutar de su papá.