05 Agosto de 2015 18:11
“Debemos tener la valentía de la humildad para pedir perdón”, expresó hoy el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, Carlos Malfa, al referirse al medio centenar de casos de abusos de menores por parte de sacerdotes.
Habló de esa forma al presentar una guía de actuación ante denuncias de abusos, en respuesta al pedido del papa Francisco de "tolerancia cero" con quienes cometen este delito "aberrante".
El protocolo para prevenir y actuar en casos de abusos sexuales perpetrados por obispos, sacerdotes o religiosos católicos fue presentado durante un acto en la Universidad Católica Argentina (UCA).
"Hay que tener valentía y humildad, como reclama el papa Francisco, para pedir perdón", sostuvo el obispo Malfa, que admitió que la Iglesia "ha socavado su credibilidad y su confianza" por no haber actuado con firmeza ante las denuncias.
"No hay que subestimar ninguna denuncia. Ninguna. De haber actuado así, nos hubiéramos ahorrado muchos problemas", dijo durante la presentación ante juristas y especialistas en Código de Derecho Canónico.
Pidió aplicar el protocolo “con gran sentido pastoral” y ser sensibles ante las situaciones dolorosas que acarrean los implicados. “Ustedes -dijo refiriéndose a los participantes del curso- deberán tratar con las personas, asesorar al obispo y desarrollar todo el proceso para establecer la verdad”.
Malfa estimó que la aplicación de la guía de actuación servirá para proteger a los menores de edad y "ayudar a las víctimas a encontrar apoyo y reconciliación".
Los obispos aseguraron en el documento que el abuso sexual de menores de edad es "un pecado grave que clama al cielo" y advirtieron que ese delito, tanto en el ordenamiento jurídico canónico como en el del Estado, reviste "particular gravedad" cuando es perpetrado por un clérigo.
Presentación de Mons. Malfa en la Facultad de Derecho Canónico de Buenos Aires sobres las Líneas guía de actuación por...
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Miércoles, 5 de agosto de 2015
Ratificaron la obligación de acompañar a las víctimas y familiares, de colaborar con las autoridades civiles para el esclarecimiento de los hechos, de separar inmediatamente de sus cargos al acusado y de pedir a la Santa Sede su dimisión del estado clerical en caso de ser condenado.
El documento episcopal tiene un preámbulo, un capítulo dedicado a aspectos jurídicos tanto canónicos como a su relación con el Poder Judicial secular y otro capítulo con orientaciones pastorales.
El protocolo incluye las normas de tolerancia cero con clérigos pederastas impuestas por Benedicto XVI y ratificadas y ampliadas por Francisco, y echa por tierra la actuación anterior de los obispos, que solían ocultar y proteger a los representantes eclesiásticos acusados de abusos sexuales a menores de edad.
Grassi fue condenado a 15 años de prisión.
los antecedentes
En los últimos años se presentaron en el país más de un centenar de denuncias por abusos sexuales cometidas por clérigos, aunque muy pocas tuvieron sentencia condenatoria.
Una de las causas más resonantes fue la del ex arzobispo de Santa Fe monseñor Edgardo Gabriel Storni, quien fue acusado y condenado en 2009 por abuso sexual contra un seminarista, en un escándalo que lo obligó a renunciar al gobierno de la arquidiócesis en 2002.
Otra causa de resonancia pública fue la del padre Julio César Grassi, condenado en 2009 a 15 años de prisión por abuso sexual contra un menor de edad bajo su tutela.
El sacerdote interpuso varios recursos para evitar ir a la cárcel, hasta que en septiembre de 2014 la Suprema Corte bonaerense ratificó el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, por lo que Grassi purga condena en el penal de Campana.