La historia detrás de Ramiro Olleac, el médico especializado en neuro-ortopedia, trascendió las fronteras de su profesión. Ahora dio un paso más en su vida personal y profesional y ayudó a que a una nena de 9 años a que vuelva a caminar y se reincorpore al sistema educativo.
“Ella nació con una condición que se llama mielomeningocele o espina bífida. Con esta condición, los niños nacen con la parte de los nervios y, hay veces que también la médula, fuera del cuerpo porque la columna vertebral no se cierra adecuadamente dentro del vientre”, explicó Olleac.
Además, el médico detalló que las personas que nacen con esta alteración de los nervios, genera que los impulsos que van hacia los miembros inferiores, tanto los impulsos que suben desde el sistema sensitivo y los que bajan para el sistema motor, estén alterados.
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La operación se llevó a cabo en el Hospital Nicolás Avellaneda en la ciudad de Tucumán y duró 3 meses: “Tenía una úlcera muy grave e infecciones severas en los pies. La nena era de un pueblo humilde del interior a 300 kilómetros de Santiago del Estero. Vivía en un ambiente de extrema vulnerabilidad con la familia, completamente aislada y analfabetos. No podía usar calzado desde que nació y, de esa forma, también le fue muy difícil acceder a educación, por lo que no iba al colegio. No la podían llevar porque no puede caminar por sus propios medios más de 50 metros”.La cirugía inició el 13 de abril y el médico relató: “Es un tratamiento muy largo donde, al principio, hay que convencer un poco a la familia de que esto hay que encararlos juntos. La familia tiene que ir muchas veces al hospital porque se hacen curaciones de las heridas infectadas y yesos correctivos. Semanalmente se los cita y se empieza a limpiar el pie con limpiezas en el consultorio y se hacen yesos con un método que se llama Ponseti. Este método se lleva a cabo hasta lo que podemos hacer nosotros y entonces ahí entramos a quirófano para hacer procedimientos pequeñitos y para terminar de limpiar el hueso que está infectado”.
Y Olleac continuó: “Mientras tanto, se hacen tratamientos antibióticos con medicamentos muy potentes para que el pie esté sano y que todo este trabajo que nosotros hacemos, que remueve muchas bacterias, no impacte en la salud del paciente. Esto se hace más o menos unas cinco tandas de yeso, es decir, cinco semanas de yeso, un procedimiento quirúrgico chico. Otras cuatro semanas más de yeso aproximadamente y se hace un procedimiento quirúrgico final que ya es grande, que es reconstructivo donde se termina de hacer, como si fuese un rompecabezas, el pie. Se termina de alinear y ahí tiene que esperar unas cuatro a seis semanas que se termine de curar el hueso y las partes blandas para empezar a caminar nuevamente”.
En un principio, la familia descreía del tratamiento: “Era una chica que nunca había tenido asistencia médica, no tenía rehabilitación, que esto es fundamental, no tenía asistencia psicológica tampoco, todo esto era nuevo para la familia. Ya nos ha pasado varias veces, que las familias están un poco descreídas, pero nosotros les mostramos filmaciones de otros casos que operamos, entonces la familia empieza a adquirir conocimiento y confianza en el equipo de tratamiento”.
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De esta forma, fueron avanzando con la operación y la única complicación que tuvieron que atravesar fue una infección urinaria en el intermedio. La nena, en la actualidad, se encuentra desde hace un mes caminando y ya tiene su traslado de rehabilitación a la capital de Santiago del Estero, donde hace la rehabilitación.Con respecto a los resultados de la operación, Olleac comentó: “Estoy muy contento todo el equipo de tratamiento, con un grandísimo esfuerzo por parte nuestra porque esto es semana a semana. Trabajamos mucho, cada yeso con ella llevaba una hora y media más o menos, así que terminamos y hay que hacer un poco de fuerza, hay que sostener, nos involucramos mucho tanto el aspecto emocional”.
A pesar de que la nena no habla mucho, de igual forma pudo expresar su agradecimiento: “Su cara y su sonrisa nos dice todo. Nosotros interactuamos bastante con ella y la vemos muy feliz. Al principio del tratamiento estaba ella muy angustiada, porque obviamente todo esto era nuevo, ella no quería estar donde estaba. Una vez que empezó a ver un poco los resultados y que se amigó con los yesos, hacía dibujitos y nosotros incitamos a que eso, que adopte a los yesos como un juego porque es una parte de importante del tratamiento. Después ya desaparecen, los va a olvidar, pero con mucho dibujitos y con sonrisas es como nos comunica las cosas”.
Y agregó: “Este tipo de cirugías necesitan rehabilitación muy intensiva porque pasan varias semanas sin caminar. Ella hace rehabilitación todos los días en un centro de rehabilitación que va algunas veces a la semana y el resto lo hacen en casa. Se le enseñó a la madre a hacer rehabilitación con ella, y el equipo de asistencia social y psicología siguen tratando la familia. Nosotros hacemos el seguimiento ahora”.
El médico también contó a BigBang que los padres de la menor tienen celular hace poco tiempo, pero le mandan videos semanalmente de cómo va mejorando la rehabilitación y de esta forma, puede tener una comunicación más eficiente: “Ya está haciendo su vida, ya está viendo de obtener un lugarcito en un colegio, así que ahora hay que cuidar que no haya ninguna complicación. Debemos hacer controles y hay que ir viendo qué pasa cuando va creciendo. Ella tienen nueve años, cumple 10 ahora dentro de poquito y, el crecimiento les juega un poquito en contra, pero la vamos a ir siguiendo de cerca”.
“Acá en Tucumán recibimos condiciones muy severas de todo el norte a través de nuestra capacitación y nuestro background, que es el de la formación de la de la reconstrucción de pies, aprendido en el Hospital Garrahan”, afirmó. El equipo de médicos estuvo conformado por la Doctora Campero, el Doctor Rizo Patrón y el Doctor Martínez, que se dedican a ortopedia infantil: “Nos acompañamos, hacemos la cirugía juntos y aprendemos cada uno de su especialidad. Después tenemos una anestesióloga, que es la Doctora cruzado y después todo lo que es enfermería, que es muy importante porque hacen parte de las curaciones y le hacen el seguimiento”.
Olleac ejerce su profesión con mucha pasión y dedicación: “Es lo quise hacer toda la vida. Desde antes de entrar a la facultad ya me interesaban los pacientes con discapacidad. Ella es uno de los pacientes más desafiantes del último tiempo, pero nos llegan mensualmente pacientes parecidos a ella, así que estamos todo el tiempo lidiando con condiciones muy severas y, por suerte, la familia nos acompañan y tratamos de hacer que el sistema tanto público como privado nos acompañe”.