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La increíble historia del alcohol en gel: quién lo inventó y por qué

En 1966 llegó el producto por el cual la gente se desespera en tiempos de pandemia.

18 Marzo de 2020 13:04
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En 1966, Lupe Hernández, una estudiante de enfermería de Bakersfield, una pequeña ciudad ubicada 160 kilómetros al norte de Los Angeles, en California, tuvo un sueño: estaba trabajando en un lugar donde no había jabón ni agua caliente. ¿Cómo hacía para desinfectarse las manos? Entonces la joven pensó que podía salvar la situación con alcohol en gel. Sólo que el alcohol en gel no existía. Al despertarse, Lupe  -que, se repite, era una estudiante de enfermería, no una médica recibida y mucho menos una inventora profesional- recordó su sueño. Y se propuso convertirlo en realidad. Ahora Bakersfield no se distingue sólo por la cantidad y la calidad de su música country, ni tampoco por sus abundantes pozos petroleros. Ahora es, sobre todo, la tierra natal del alcohol en gel. Y ese, qué duda cabe es su principal aporte a la historia de la humanidad.

La soñadora y talentosa Lupe Hernández había oído hablar en televisión de una línea telefónica sobre inventos. Registró el suyo y puso manos a la obra, que es lo mismo que decir manos en alcohol en gel. Bien por Lupe. soñó por primera vez con la idea de un desinfectante de manos. La historia cuenta que se dio cuenta de que el alcohol suministrado a través de un gel podía limpiar las manos en una situación en la que no había acceso a jabón y agua caliente. Llamó a una línea telefónica sobre inventos de la que había oído hablar en la televisión y registró la patente. Su invento comenzó a producirse al poco tiempo, en el ámbito restringido de hospitales, clínicas y profesionales de la salud, que son muchos, pero no toda la humanidad.

En 1988, sin embargo, una empresa se animó a producir alcohol en gel para todo el mundo, es decir, a producirlo para su venta comercial en la farmacia de su barrio. La empresa se llamaba Gojo, y el nombre de fantasía del producto fue Purell. 21 años después, en 2009, de la mano de la gripe porcina H1N1, el  producto se convirtió en el mejor amigo de los precavidos. Fue entonces cuando el invento de Lupe explotó definitivamente. Pasada la gripe, su uso quedó establecido en cada lugar donde sea especialmente necesario cuidar las condiciones sanitarias. La pandemia de coronavirus, posiblemente, es la mayor oportunidad que ha tenido el alcohol en gel en toda su historia. Precios que se disparan, escasez en todo el mundo, alcohol "bendecido" por pastores chantas a precios descabellados, y hasta gente que se lava y se destroza las manos con alcohol fino creyendo que es más o menos lo mismo, dan cuenta de la necesidad imperiosa de contar con el invento de Lupe. El alcohol en gel llegó para quedarse y aquella estudiante de enfermería o sus descendientes seguramente recibirán una cantidad muy razonable de regalías anuales. Bien merecidos se los tienen.