Con el mundo paralizado por la pandemia de coronavirus, el boxeador mexicano-norteamericano Andy Ruiz Jr. encontró una buena manera de matar el tiempo: desafiar a su rival británico Anthony Joshua a un tercer combate.
"Yo tuve el primero, vos el segundo. Hagámoslo una tercera vez y veamos qué pasa", escribió en Twitter acompañando una imagen del pesaje en la cual puede verse a ambos pugilistas cara a cara.
La sorpresa del año
El primer combate entre ambos, en junio del 2019 en el Madison Square Garden de Nueva York, fue sorpresivo prácticamente desde su concepción: Joshua, campeón mundial de los pesados, tenía que pelear con Jarrell Miller, pero cuando éste falló tres controles antidoping seguidos, hubo que buscarle un reemplazante."No había instrucciones, podía ser el que nosotros quisiéramos", explicó el promotor de la pelea, Eddie Hearn. Y fue entonces que recibió un mensaje vía Instagram de parte de Ruiz que captó toda su atención.
"Dame la pelea, voy a pelear más duro que cualquiera de los hombres que han mencionado, voy a darle una mejor pelea y voy a vencer a Anthony Joshua", escribió el mexicano.
"Vi a un hombre que tenía el deseo ferviente de hacer historia y crear un legado al convertirse en el primer mexicano en ser campeón de peso pesado", señaló Hearn.
Ruiz parecía un blanco más que fácil: medía 10 centímetros menos que el inglés (1.88m frente a 1.98m) y pesaba nueve kilos más (121 frente a 112). Joshua, a su vez, tenía un alcance de 208 centímetros, frente a los 188 de su contrincante.
Desde ya que el peso en balanza muchas veces no pinta todo el cuadro en el mundo del deporte, donde la relación entre masa muscular y grasa es el indicador realmente importante.
Pero el rotundo físico del mexicano frente a la trabajada imagen de Joshua -quien para muchos especialistas se excede en su volumen muscular- parecía encaminar una victoria fácil para el campeón. No por nada, entonces, las apuestas le daban una chance de apenas 15-1 a Ruiz.
"Soy rechoncho y corto, pero rápido como un rayo", advirtió antes del combate y eventualmente lo demostró sobre el ring, ante una apabullante falta de recursos del inglés, quien se limitó a apoyarse casi por completo en sus jabs, sin variar de estrategia.
En el séptimo round, Ruiz logró la victoria por knockout técnico.
Ascenso y caída
Sin embargo, la fama también trajo indisciplina para Ruiz, quien comenzó a volverse menos estricto en su entrenamiento. "Fue un exceso de celebración. Todos los políticos que venían a recogerlo en Guadalajara, era desmadre que hubo de campamento, yo le decía que se concentrara, que no podía llegar en ese peso, porque así no podría llegarle a Anthony Joshua", contó su padre Andrés Ruiz en la previa de la inevitable revancha contra el inglés, que se dio en diciembre del 2019 en Riyad, Arabia Saudita.
Así, Ruiz llegó al pesaje con 128 kilos, siete más que los registrados en la primera pelea, mientras que Joshua llegó con 107. Esta vez, el resultado no sorprendió: el inglés ganó por decisión unánime del jurado.
"Fue su noche, no me preparé como debía, gané mucho peso", reflexionó Andy reconociendo que su par "hizo un gran trabajo y no hay excusas".
"Prometo tomar la mejor forma de mi carrera", aseguró mientras que su padre subrayó que "ahora aprendió esa lección".
Sólo falta el sí del inglés para un tercer combate que permita confirmar si eso efectivamente es cierto.