Del crimen de Ángeles Rawson pasaron ya más de siete años, y por el hecho, hoy cumple su condena en la cárcel el portero Jorge Mangeri. A pesar de que el caso significó un antes y un después en la forma en que empezaron a tratarse los femicidios en los medios de comunicación, y de como entró en escena en el último tiempo la importancia de tener una perspectiva de género a la hora informar, Jimena Aduriz sabe que todavía son muchas las cosas que faltan; y por eso lucha a diario.
En una entrevista con la redacción de BigBang, la mamá de Ángeles se animó a hablar sobre cómo le dio un nuevo significado a la muerte de su hija y cómo, con todo ese dolor a cuestas, logró y aun logra ayudar a quienes deben atravesar un momento tan duro como el que vivió ella en 2013 con el asesinato de la adolescente de 16 años.
Junto a otras víctimas (porque los familiares de las personas que fueron asesinadas también son víctimas), Jimena Aduriz hoy forma parte del Observatorio de Víctimas de Delito, el cual fue creado tras la aprobación en el 2017 de la ley 27.372, la cual reconoce los derechos y las garantías de las personas víctimas de delitos, garantizando asesoramiento, asistencia, representación, protección, verdad, acceso a la justicia, tratamiento justo, reparación, celeridad y todos los demás derechos consagrados en la Constitución Nacional.
"Recién ahora se está visibilizando a la víctima, era una especie de ente fantasmagórico, en una cultura judicial donde solamente existían el ministerio público, el juez y el imputado. Entonces, a partir de la sanción de la ley de víctimas, muy despacito con el observatorio empezamos a viajar para hacer docencia, yendo a universidades, juzgados, colegios de abogados para sensibilizar a la Justicia. Hoy por hoy estamos cambiando un paradigma", aseguró.
En este sentido, dijo que permanentemente se encuentran con familiares que no conocen la ley de víctimas, y que mucho menos están al tanto de los derechos con los que cuentan y las herramientas que tienen tanto durante la etapa de instrucción de la causa, como las etapas posteriores con los juicios y las condenas.
"Cualquier cambio que haya en la ejecución de la pena, mientras el imputado está condenado cumpliendo la pena, cualquier cambio, sea una salida transitoria o el beneficio de la prisión domiciliaria, se lo tiene que notificar a la víctima, porque tiene derecho a saber, porque por ahí se puede encontrar a la persona que la dañó a ella o a su ser querido a la vuelta de la esquina", explicó.
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Además, cuestionó que todavía sucede que la ley de víctimas funciona de maravilla cuando se trata de un caso público, pero que cuando no es así, cuesta bastante su aplicación, por lo que es necesario "cambiar toda una cultura" y un "paradigma patriarcal" que viene de milenios.Sobre esto, dijo que hasta ahora se ha logrado un logro muy importante en lo que respecta a la violencia contra las mujeres, y a la incorporación y sivibilización de la víctima en el proceso judicial.
"Lo de Ángeles tuvo una mediatización tan bizarra, que llegó un momento que hasta la misma gente estaba asqueada de tanta porquería que se decía. En el 2015, cuando fue el juicio, saltaron todas las pruebas y ahí el tratamiento fue totalmente diferente. A partir de ahí creo que hubo un antes y un después en el tratamiento mediático de los casos, especialmente de los femicidios. Ahora se cuidan un montón, y he escuchado varias veces cuando se está por decir algo impropio, que dicen 'ojo con lo que vas a decir, acordate del caso de Ángeles Rawson' ", reflexionó.
Aduriz lamentó también el daño que le generaron los medios al acusar erróneamente a su marido, Sergio Opatowski, como el autor del asesinato, algo que ella cree que los separó como familia y que los hizo no volver a estar "como antes" nunca más. Sobre esto, comentó que a veces se pregunta si todavía seguiría viviendo en el departamento de la calle Ravignani (el mismo al que le sigue diciendo casa, aún siete años después), si los medios de comunicación no hubieran sido tan crueles y si Mangeri no hubiera sido el portero.
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Respecto a los duros rumores que tuvieron que enfrentar como familia, y las falsas acusaciones que daban a entender que ellos sabían qué había pasado con Ángeles, Jimena comentó que todas esas versiones surgieron de una connivencia de la Justica con los medios.
"Los medios tenían una información que estaba bajo secreto de sumario. Lo que hubo fue una pésima actuación del autopsiante, que dijo una cosa muy ominosa para nosotros, por esto entramos sospechados a la causa, y la otra cosa fue el tema de que la nena había muerto por los politraumatismos causados por el camión. Después por otro lado estaba lo de la fiscalía, porque no solamente fueron los medios los que se creyeron que Mangeri era un perejil", sostuvo en diálogo con BigBang.
Del mismo modo, dijo que después de lo que le pasó, todos los días de su vida elige resignificar el duelo por la muerte de su hija, y con ayuda de la fe, pone toda su energía en ayudar a otros y en evitar que vivan lo mismo que ella pasó.
Sobre esto, dijo que cree mucho en el perdón, lo que la llevó a perdonar a Mangeri, y que ese camino hoy en día la lleva a descubrir la misión que está segura que Ángeles le dejó.
De hecho, actualmente suele acompañar a familiares de personas fallecidas a los juicios, no solo para que se sientan acompañados y contenidos, sino también para ayudarlos y prepararlos para lo que van a tener que afrontar durante todo el proceso, ya que en ocasiones lo que se dice y se ve dentro de las salas suele ser muy fuerte.
"Una de las cosas que nos motivan a los que militamos en la lucha del Niunamenos o la ley de víctimas, es para que no le pase a los demás lo que nos pasó a nosotros. Primero tratamos de prevenir el femicidio u homicidio, y en segundo lugar, que si llega a suceder, no te pase lo que nos pasó a nosotros y que puedas tener a alguien que te explique en fácil las cosas. La contención es muy importante", cerró.