"El vino te hace feliz. Te lleva felicidad antes de que lo tomes". Con esa premisa, el cineasta Daniel Ortega no tuvo dudas a la hora de ponerle un nombre a la marca que produce. Lo llamó "Viejo Pajero" y lo ilustró con un dibujo de su autoría: un anciano cargando paja, un anciano que se parece mucho a él mismo si fuera un poco más viejo.
Nada mejor que acompañar el sushi con un buen Viejo Pajero
Interesado en crear su propio vino, Ortega inició su proyecto con dos amigos que, pide, sean mencionados: Lito, de Cava Jufré, y Paz Ferreyra, mucho más conocida por su nombre artístico: Miss Bolivia. La popular cantante, que tiene estudios de sommelier, lo vinculó con una bodega, que le vendió una partida de vino Cabernet Franc.
Pero el sentido del humor no es patrimonio de todas las personas del mundo. El bodeguero se ofendió cuando vio el nombre con el cual se vendía "su" Cabernet Franc y Ortega se vio obligado a establecer el concepto de "bodega itinerante".
Cuando el Viejo Pajero era Cabernet.
"Para mí, que soy peronista, la idea era hacer un vino que fuera muy bueno y barato (cuesta $160).El chiste es que el vino sea bueno de verdad: si no, por más gracioso que sea, el asunto se termina ahí", explica Ortega. Asociado con el francés Antoine Dumazer acuñó el concepto de "bodega itinerante": el francés recorre bodegas, le arma una preselección y Ortega elige cuál será el próximo Viejo Pajero. Pese al enojo del primer bodeguero, la primera partida se vendió muy rápidamente. Ahora, el Viejo Pajero es Malbec.
Ortega, de camisa a cuadros, brinda con la directora Lorena Muñoz y Daniel Gimelberg: el equipo de "Gilda, la película" celebra con "Viejo Pajero".
La etiqueta es un dibujo del propio Ortega, basada en una foto de él mismo. Ortega, tal vez dentro de unos años,es el propio Viejo Pajero. Aquí, las pruebas irrefutables.
Dibujo del Viejo Pajero, basado en una foto del propio Ortega.
"Es una mirada graciosa y alegre, y lo que tiene adentro es noble y bueno y la verdad es que se está vendiendo mucho: ya he mandado cajas a Los Angeles y a Londres. Está creciendo muy rápido, a toda velocidad", cuenta, entusiasmado, Ortega. "Bébalo en pantuflas, con amigos, con su amor. Bébalo sólo o mirando Games of Thrones", dice el sitio oficial del Viejo Pajero, burlándose de las convenciones marketineras relacionadas con la publicidad de vino.
En la cabecera de una buena mesa.
"La verdad es que no me gusta el circo del mercado del vino. Me han dicho: '¿Por qué no me mandás una botella para probar?' y siempre les contesto lo mismo: 'No, si querés probala y después hablamos'. Es que para mí, el concepto es 'Asado y vino', 'Amor y vino', 'Música y vino'", explica Ortega, alejado de la pretendida sofisticación de ese mundillo. Y cuando habla de "vino", claro, habla de Viejo Pajero.