04 Julio de 2016 16:06
La mañana del 4 de julio del año 1976, se encontraron muertos en la Parroquia de San Patricio, en Belgrano, a los sacerdotes Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Alfredo Kelly y a los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti.
Se cree que quienes produjeron la matanza pertenecían a los grupos de tareas que operaban en la ESMA, donde funcionó la mayor cárcel clandestina durante la dictadura.
Los padres y seminaristas asesinados en la Parroquia.
Hoy, a cuarenta años de la masacre, la causa judicial no tiene ninguna resolución: nunca fueron hallados los culpables, mientras la Iglesia pide por la beatificación de las cinco víctimas.
La entrada de la Parroquia de San Patricio, por la calle Echeverria.
En una charla con Francisco Chirichella, abogado y vice postulador en la causa por la beatificación, explicó que el Padre Kelly sabía que estaba amenazado y que, aún así, se quedó esa noche en la parroquia.
"Sabiendo que estaban amenazados y que corrían riesgos, se quedaron. Se quedaron y no tenían armas; no tenían ninguna forma de defensa", afirmó.
El lugar donde las víctimas fueron veladas, junto a la comunidad palotina.
Debido a que los palotinos dieron su vida por la comunidad, en el año 2005, el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio, autorizó la apertura de la causa y durante mucho tiempo llevó adelante su idea.
Con el paso de los años y sin ninguna respuesta, el pedido quedó parado en el tiempo, pero ahora, con Bergoglio como Papa, gran parte de la comunidad espera que los tribunales de Roma, por fin accedan a dar un paso más en la causa canónica.
El Papa Francisco pide por la beatificación.
"La causa en este momento está suspendida, porque lo que se debe conseguir para que entre en la segunda instancia es que el Cardenal Mario Poli, le pida a Roma que afirme el "no obtáculo" para seguir adelante y después cuando se logre reunir todas las pruebas, se arme un expediente y se lo mande a Roma", explica Chirichella.
El cardenal Mario Poli y el Papa Francisco, en la asunción de Bergoglio.
Finalmente, agrega el abogado: "Los tribunales de Roma, que son los que resuelven la santidad de las personas, evalúan todo el material y son los que proclaman la santidad".
Sin decirlo, lo dice: espera que la presencia del Papa Francisco en el Vaticano consiga darle justicia a una causa que aún no está resuelta.