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La muerte de la ballena en Punta Mogotes y el dilema de la eutanasia en los animales marinos

Pese a la buena voluntad de los proteccionistas y la comunidad científica, el cetáceo de Punta Mogotes no logró volver al mar.

09 Abril de 2018 15:30
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Tras dos días de agonía la ballena jorobada, encallada en Punta Mogotes, murió este lunes por la tarde. Pese a los esfuerzos de Prefectura Naval, Fauna Silvestre, Defensa Civil y los vecinos, el cetáceo no pudo sobrevivir fuera del mar.

El animal, que según determinaron los especialistas era un ejemplar joven, había llegado a la costa el sábado por la tarde, aparentemente enfermo, dado que es una especia que no suele aparecer en los mares argentinos en esta época del año.

La ballena jorobada encalló el sábado por la tarde.

Pero las seis toneladas de peso y su longitud de diez metros, hizo imposible devolver a la ballena al mar. Los primeros indicios sobre la causa de muerte hablan de un animal con una infección generalizada y que además estaba mal nutrido.

“Es muy doloroso ver un animal vivo de estas características fuera de su hábitat natural, y surge el impulso en muchas personas de devolverlo al mar. Sin embargo, si varó por un problema de salud como parece indicar el diagnóstico, es muy probable que aunque hubiera sido devuelto al mar habría muerto de todas maneras", indicó Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).

Sin embargo, cuando un desenlace de este tipo ocurre, el dilema de dejar vivir o morir al animal aparece en la opinión pública, pero en la comunidad científica la palabra "eutanasia" está casi prohibida.

"Es muy complicado decidir sobre la vida de un animal y los esfuerzos a veces no resultan, pero sin embargo es muy difícil dejarlo sufrir", remarca a BigBang Roxana Schteinbarg, del área de conservación del ICB. Además indica "que si bien hay mucha buena voluntad, hay muy poca experiencia y no se tiene un plan de contingencia claro ante estos acontecimientos".

El esfuerzo no logró devolverla al mar.

Desde el Instituto indican que es inusual que las ballenas jorobadas naveguen cerca de la costa, a diferencia de las ballenas francas australes en la época de cría en Península Valdés. Por este motivo, es probable que el varamiento se haya producido por un problema sanitario. De todos modos, la información llegará en los próximos días, cuando se le realice la autopsia al animal. 

Apariciones

Días atrás investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) advirtieron la presencia de ballenas jorobadas en la zona del Canal de Beagle, algo inusual para la época.

Los investigadores del centro patagónico advirtieron que “entre diciembre y abril, e incluso mayo, es normal y habitual que veamos ballenas en el Canal”, dentro del proceso natural que realizan “camino hacia la Antártida o volviendo desde allí”, indicaron.

Sucede que la ballena jorobada se reproduce en zonas cálidas, como Brasil, Ecuador, Colombia, y luego se traslada a la Antártida para alimentarse allí, lo que marca la rareza de la aparición.

La ballena juvenil en Río Negro encalló en febrero pasado.

Tampoco es la primera muerte de una ballena de este tipo en costas argentinas. Durante el verano, un ejemplar juvenil de ballena jorobada apareció muerto en la playa Las Conchillas en Río Negro y anteriormente un ejemplar adulto varó en La Ensenada, cerca de El Cóndor, también en esa provincia.

Por este tipo de casos, los proteccionistas y la comunidad científica pide mayores medidas de protección y la creación del Santuario de Mamíferos Marinos, que declara las aguas interiores marítimas, el mar territorial, la zona económica exclusiva argentina y las áreas adyacentes como Zona de Protección. Esto posibilitará que cada vez que ocurra un incidente de este tipo no sólo haya buena voluntad sino tareas coordinadas y un protocolo para el trabajo conjunto que proteja al animal.