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La muerte del mecánico del 60: más pruebas incriminan a la empresa

David Ramallo fue aplastado el 9 de septiembre pasado por un colectivo de 15 toneladas. Aquí se muestran más evidencias de una increíble desaprensión con la vida humana

por Daniel Riera

01 Octubre de 2016 10:37
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El 29 de septiembre, BigBang reveló un video filmado por el mecánico electricista David Ramallo señalando que el autoelevador estaba trabado: se trata de la misma máquina que cedió cuando él estaba debajo de un colectivo 60 y le tiró encima un peso de 15 toneladas. El video prueba lo que los trabajadores de la empresa vienen diciendo desde hace días: que habían advertido a la empresa DOTA SA sobre la extrema peligrosidad de esas máquinas, que llevaban días funcionando mal y poniendo en riesgo la vida de quienes tenían que recostarse debajo de los colectivos para reparar desperfectos.

David Ramallo

David Ramallo: cada vez hay más evidencias de que no hubo "error humano" de su parte sino negligencia de la empresa.

Entonces Carlos Ramallo, el hermano menor de David, aportó un dato fundamental: los autoelevadores tienen un límite de carga de 15 mil kilos, exactamente lo mismo que pesan los colectivos. Ni un gramo de más. Es decir, que con el solo hecho de llenar el tanque, cualquier colectivo estaba 200 kilos por encima de lo permitido.

Foto autoelevador 1

Clarísimo: el autoelevador resistía un peso de apenas 15000 kilos.

BigBang estuvo ayer en la planta de Barracas y arriba de un colectivo 60. No es demasiado difícil probar que las afirmaciones de Carlos son absolutamente ciertas y que los autoelevadores no eran aptos para la tarea que debían realizar. Basta con tomarle una foto a la placa donde los colectivos indican su capacidad -ubicada, habitualmente, a la izquierda del asiento del chofer- y otra foto a la placa del susodicho autoelevador.

Placa peso del colectivo

Placa del colectivo 60, que indica que su peso es de 15000 kilos, lo máximo que resiste el autoelevador.

En diálogo con BigBang, Héctor Cáceres, uno de los delegados gremiales de la planta, explica: "El primer día de trabajo en la nueva planta, 1° de septiembre, se trabó uno de los autoelevadores. El segundo día se trabó el otro. Nosotros lo veníamos advirtiendo pero a los compañeros les decían que eran unos vagos y que no querían trabajar". 

No es demasiado difícil: no hace falta ser un detective. Alcanza con ir al autoelevador, tomar una foto, ir a cualquier colectivo de la línea 60 y tomar otro y quedará clarísimo quién tuvo la culpa de esta tragedia, a la que no le corresponde en absoluto el título de "accidente". Se recuerda además que los autoelevadores, como todo en la planta de Barracas, eran nuevos. Es decir, no se trataba de maquinaria obsoleta que se usó en anteriores circunstancias, sino de maquinaria flamante con que empresa Dota había equipado su nueva cabecera.

Big Bang continuará revelando más y más detalles de una trama de negligencia y desaprensión que costó una vida. Lo increíble es que todo está absolutamente a la vista. Sólo hay que tomar la decisión de mirar. Ojalá la Justicia lo haga.

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