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La mujer que denunció por abuso sexual a Pavón: “Desde hace dos años mi vida está paralizada”

En una entrevista con BigBang, Marisol Doyle, contó que busca trabajo y que la exposición la perjudicó personal y laboralmente.

por Matias Ayrala

26 Junio de 2021 08:00
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Hace dos años, Marisol Doyle (34) vivió una pesadilla. En la noche del 1º de noviembre de 2019, en la localidad de La Bolsa, Córdoba, un conocido la invitó a una fiesta en una casa. Ella confío y fue. Como fanática de Boca fue ilusionada porque iba a conocer al delantero Cristian Pavón. Jamás imaginó que pocos días después lo denunciaría por abuso sexual en la Justicia. 

En aquel entonces, Marisol sacó a la luz el crudo testimonio de lo que sucedió aquella noche: “Me invitaron a una cabaña en Anisacate, a sólo tres kilómetros de La Bolsa. Al ser una bienvenida para Pavón, supuse que iba a ser una fiesta tranqui, normal. Pero me encontré con una situación totalmente distinta. Una cabaña que se iluminaba sólo con las luces de un parlante, donde ocurrían hechos que para mí no son normales. Relaciones entre chicos y chicas, algunas consentidas y otras no. Yo soy hincha de Boca y Pavón es un jugador al que yo admiraba. Jamás creí que iba a pasar lo que pasó”.

Y continuó: “Yo fui a la fiesta junto a un amigo que lo conocía a él. En un momento, alguien me convidó un cigarrillo de marihuana. Lo acepté. Pero era la primera vez que consumía estupefacientes y eso me generó un malestar. Me descompuse. Mareada, fui hasta el baño y ahí entró él. Forcejeó la puerta, ingresó al baño y se produjo el acoso”.

Para finalizar, Doyle había contado en una entrevista: "Luego del acoso, él se retiró del baño como si nada y me dejó ahí tirada. Me empujó para abusar de mí, me empujó contra el bidet. Me arrancó un aro de la nariz. Yo tenía toda la cara ensangrentada. Sus amistades pensaban que él estaba teniendo relaciones consentidas, ero no fue así. Cristian salió del baño, agarró el parlante y dijo: 'Se terminó la fiesta, vámonos'. Y se fue con sus amigos. Yo lo empujé de bronca, se le cayó el teléfono y se le rompió. Al poco tiempo me enteré que al irse del lugar, les dijo a sus amigos: 'Esta culiada me rompió el teléfono', como si fuera eso lo importante". 

Hoy, a los 34 años, Marisol sobrelleva las heridas que le dejó aquella noche. En pleno tratamiento psicológico y psiquiátrico, también debe enfrentar la falta de trabajo. “Hago esta nota porque necesito volver a trabajar. Necesito volver a salir, recuperarme. Volver a ser, aunque sea en parte, quien era antes del hecho que denuncié”, le cuenta Doyle a BigBang.

-¿Cómo estás hoy a dos años de lo que tuviste que vivir?

-Hoy mi vida sigue paralizada porque a toda esta cuestión, sumada a la pandemia, hizo que se me cerraran muchas puertas en el ámbito laboral. Y en muchas otras cosas. Además la pandemia me pegó muy fuerte porque en ese tiempo los consultorio estaban cerrados y yo soy enfermera, así que no tenía forma de trabajar. Durante ese tiempo, pude contar con el apoyo y el sostén de mis tres abogados.  Además comencé con terapias psicológicas y psiquiátricas... Todo eso fue duro para mí. Por suerte me aferré mucho a mi familia. Pero la exposición por la denuncia creo que me afectó personalmente y como profesional. 

-¿Seguís con los tratamientos psiquiátricos y psicológicos?

-Actualmente sigo con los dos. Estoy con algunos medicamentos. Y los iré dejando de a poco. Sigo todo lo que dicen mis médicos. 

-¿Qué fue lo que sufriste a lo largo de estos dos años después del abuso que denunciaste?

-Sí, después de lo que pasó tuve depresión y ataques de pánico. En el informe que hizo mi psiquiatra está todo lo que tuve y que se desató a raíz del hecho que denuncié. Entre ellos, temor a salir de mi casa. Además del entorno social, me alejé muchos de mis amigos. No pude volver a entablar una relación. Me aisle de las personas. El encierro se apoderó de mí. Hoy por hoy, yo de mi casa casi no salgo. No puedo estar mucho tiempo en la calle. Otras de las cosas que me sucedía hasta hace poco tiempo era aislarme durante las reuniones familiares. Me quedaba en un lugar sola, no hablaba con nadie. Me molestaba la música. También me molestaba ir a algún lugar y que haya mucha gente. 

-Te cambió tu forma de ser.

-Totalmente. Antes era otra chica. Ya no soy igual. Además la exposición me lastimó. Y no quiero exponer a nadie de mi familia, ni a mis amigas. En redes sociales se nota ese cambio. Era otra persona. Muy distinta. Cuando se desató la causa, tuve que hacer una limpieza en mis redes sociales porque me atacaban. Fue duro.

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-Te dedicás a la enfermería, ¿no pudiste volver a tener un trabajo después de la denuncia?-No, yo me dedico a la enfermería. En el ámbito de la psiquiatría. Siempre estaba en clínicas de salud mental porque me gusta trabajar ahí. Es algo que me encanta. Pero lamentablemente, nunca imaginé que hoy por hoy iba a pasar por la situación de esas personas. Pero yo me voy a recuperar y para eso es fundamental tener un trabajo para poder estar bien. -No te voy a volver a preguntar por el hecho que denunciaste porque ya lo hablaste muchas veces. Pero sí quiero saber qué pasó con Federico, el hermano de Cristián Pavón. Vos tenías una relación con él. ¿Te volvió a hablar?  -No, no. Yo tenía una relación de salida con él. Nada más. Y no volví a hablar nunca más con él desde que presenté la denuncia en noviembre. Incluso antes, mucho antes, tampoco hablamos.

-¿Cómo sigue la causa judicial con la denuncia penal por abuso sexual? 

-La causa continúa. Sigue en pie. No dimos información para no estar expuesta nuevamente. A mí me aturdió mucho la exposición en los medios. La causa está en plena investigación. Y me siento muy tranquila porque mis abogados, que son del estudio de Fernando Burlando, están poniendo todo de ellos. Ponen su alma y su vida por mí. Son excelentes personas y excelentes profesionales. 

-¿En quién te apoyaste durante todo este tiempo?

-En mi familia. Ellos están siempre. Yo vivo con mi abuela y con uno de mis tíos. Tengo una familia numerosa. Y ellos dos son mi sostén tanto económico como afectivo. A mí se me cerraron muchos temas por el tema de la causa y no pude volver a conseguir un trabajo. Eso me afectó mucho animícamente. Pienso que son prejuicios. Y cuando llevo un currículum, googlean mi nombre y por ahí ven lo que me pasó. Es algo difícil. Es duro que mi nombre esté vinculado a un hecho tan aberrante. Pero tienen que entender que es una situación que yo no elegí y que tuve que enfrentar y superar. Por eso te digo que tener un trabajo, cambiaría mi foco y me haría estar mejor. 

-¿Y qué actividad hacés ahora para estar bien?

-Me gusta mucho hacer actividad física. Pongo el foco en mi entrenamiento, que es algo que me gusta mucho y me hace bien. Hace un tiempo me habían convocado para hacer fotos de modelaje para Madrid, pero no lo hice más porque no me sentía bien. Era algo que me gustaba mucho. Pero no me sentía cómoda. Fue en un momento en el que estaba mal anímicamente. Obviamente me gusta el modelaje, el entrenamiento y ser enfermera. Pero no pude hacerlo más. Y mi otro sueño es poder mudarme a Capital Federal para poder trabajar allá. 

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-Antes hablaste de las relaciones afectivas, ¿pudiste volver a tener una pareja?

-Cuando tuve mi primer encuentro, no pude porque sentí rechazo. Después comencé a conocer a un chico en Capital y también, no logré entablar la relación formal o de noviazgo porque me sentía incómodo. Me acostumbré a estar sola y no puedo encarar eso. Hoy por hoy, no puedo. No sé qué decirte porque hace mucho que no lo volví a intentar. 

-¿Te hace bien sacar a la luz todo lo que viviste?

-Sí, me hace bien ahora. Me hace sentir mejor. Hablar sobre la Violencia de Género es una forma de ayudar. Y cuando digo ayudar lo digo en dar una mano a las chicas para que no guarden los hechos aberrantes por los que tuvieron que pasar muchas. A mí me han escrito muchísimas chicas que no se han animado a denunciar a jugadores u hombres que no son famosos y que las violaron. Ellas me preguntan cómo hice, por qué lo hice y cómo se me dio. Y muchas de ellas denunciaron en la Justicia aunque no se sabe de manera pública. Yo ahora confío en la Justicia. Espero que todo termine de una vez por todo, se haga Justicia y que esta persona pague por lo que me hizo y no lo vuelva a hacer nunca más en su vida. 

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