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La nueva estación de la línea H se llamará Julieta Lanteri, en honor a una pionera del feminismo

Fue la quinta médica en recibirse en la Argentina, en 1906. Cinco años después pudo votar tras presentar un reclamo en la Justicia.

03 Mayo de 2018 08:07
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La nueva estación de la línea H que llegará hasta la Facultad de Derecho y que será inaugurada en dos semanas se llamará Julieta Lanteri, en homenaje a la primera mujer egresada del Colegio Nacional de La Plata, y que en 1911, mucho antes de la implementación del voto femenino, logró sufragar cuando todavía no se le permitía a las mujeres.

Se trata de una mujer “olvidada” por la historia argentina. La elección fue realizada por medio de una consulta mediante el sistema de Participación Ciudadana del Gobierno porteño. De este modo, la nueva cabecera de la línea H que será inaugurada el 17 de mayo llevará su nombre, en homenaje al rol que tuvieron las mujeres en la lucha por los derechos cívicos.

La estación de subte que llegará hasta la facultad de Derecho llevará el nombre de Lanteri como homenaje.

Además de ser la primera egresada del Nacional de La Plata en 1886, Lanteri fue la primera mujer en ingresar a la Facultad de Medicina, una carrera que estaba vedada para las mujeres. Años más tarde, en 1911, se transformó en la primera mujer que pudo votar en la Argentina y en toda América Latina, por medio de una excepción que le otorgó la Justicia Electoral.

Sin embargo, a pesar de tratarse de un personaje clave en la historia argentina, Lanteri es poco conocida en el país. Nació en Italia, en 1873, y arribó a la Argentina con la primera oleada migratoria, a los 6 años. Junto a Cecilia Grierson - un personaje mucho más conocido - fundó la Asociación de Universitarias Argentinas, y participó de la “Liga contra la trata de blancas” y la Liga por los Derechos de la Mujer.

Lanteri se presentó como candidata a diputada en varias ocasiones.

En 1906 fue la quinta mujer en recibirse de médica. En una conferencia que brindó un año más tarde aseguró que “la influencia del varón se ha dejado sentir siempre. Fácilmente sugestionable (la mujer) ha sufrido más intensa y largamente la influencia de las doctrinas filosóficas que las religiones han llevado a los pueblos”.

Para poder votar en 1911, Lanteri hizo una presentación ante la Justicia electoral, donde exigió que se le reconozcan todos los derechos como ciudadana, incluidos los derechos políticos. Todo ocurrió en pleno debate de la Ley Sánez Peña, sancionada en 1912, que garantiza el derecho al voto universal, secreto y obligatorio.

De ese modo, el 26 de noviembre de 1911 Lanteri no sólo fue la primera argentina, sino la primera latinoamericana que fue incorporada a un padrón electoral. Sin embargo, un año más tarde perdería su derecho, ya que la ley le garantizaba el voto solo a quienes hubieran cumplido el servicio militar y las mujeres quedaban vedadas. Recién en 1947, por iniciativa de Juan Domingo Perón y Eva Duarte, se sancionó la Ley de Voto Femenino, y en 1951, en las elecciones siguientes, las mujeres pudieron votar.

Julieta Lanteri murió a los 59 años, en un accidente de tránsito.

De hecho, Lanteri intentó ser candidata en una época en que la política era vedada para las mujeres. Para eso volvió a presentarse ante la Justicia, esgrimiendo que la Constitución no excluía por género. En 1919 logró presentarse como candidata a diputada, con una plataforma revolucionaria: proponía licencia por maternidad, subsidio estatal por hijo, abolición de la prostitución y de la pena de muerte, sufragio universal y salario equitativo, entre otras iniciativas. En esa elección obtuvo poco más de 1.700 votos.

Volvió a presentarse como candidata en 1924 y en 1926, por el Partido Feminista Nacional, aunque nunca obtuvo los votos necesarios para ingresar al Congreso de la Nación, lo que hubiera sido verdaderamente revolucionario para la época.

Lanteri murió años después, el 23 de febrero de 1932, con apenas 59 años. Fue atropellada por un auto, en pleno centro porteño, en una época donde no eran demasiados los vehículos motorizados que circulaban por la Ciudad. La persona que la atropelló se subió a la vereda en marcha atrás y lugo huyó. Una investigación periodística determinó que quien la había atropellado era David Klappenbach, miembro de la ultraderechista Liga Patriótica Argentina y con antecedentes penales varios.  Un diario publicó un obituario que hoy, mirado a la distancia, recobra sentido: “Cuando el feminismo argentino, hoy ya despierto y de pie, ocupe el lugar que le corresponde en la discusión y manejo de los intereses públicos, el recuerdo  de la doctora Lanteri se irá agrandando en el agradecimiento de las mujeres hasta  adquirir la estatura de precursora que legítimamente le corresponde”.