María Van Kerkhove, responsable técnica de la gestión de la pandemia de coronavirus de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que hasta ahora no hay pruebas de que la nueva cepa de coronavirus detectada en Inglaterra "se comporte de manera diferente" a las conocidas.
Según los medios ingleses, la existencia de la nueva cepa fue reportada en 60 áreas por parte de autoridades locales. Su propagación está creciendo más rápido que la variante existente, con más de 1.000 casos encontrados predominantemente en el sur de Inglaterra.
De todas formas, investigadores del Consorcio COVID-19 Genomics del Reino Unido señalaron en un comunicado de prensa que se "están realizando esfuerzos para confirmar si alguna de estas mutaciones está contribuyendo o no a una mayor transmisión".
De acuerdo a los especialistas, las mutaciones incluyen cambios en la proteína en forma de espícula que es la clave del SARS-CoV-2 para infectar a las células humanas.
Según Van Kerkhove, esta nueva variante ya ha sido analizada por el Grupo de Trabajo de Evolución de Virus de la OMS y "ha surgido en el contexto de las variantes de visón identificadas en otros lugares".
Paralelamente, Mike Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias de la OMS, explicó que "este tipo de evolución y mutaciones son en realidad bastante comunes".
"La pregunta, como hemos tenido más recientemente con las variantes de visón en Dinamarca y las anteriores, es: ¿esto hace que el virus sea más grave? ¿Permite que el virus se transmita más fácilmente? ¿Interfiere de alguna manera con los diagnósticos? ¿Interferiría de alguna manera con la eficacia de la vacuna? Ninguna de estas preguntas se ha abordado todavía", agregó.