Un lote de unos 200 vacunos murió durante el fin de semana último luego de tomar agua que se había contaminado con un herbicida en un campo situado en la localidad de Ingeniero Luiggi, en el norte de la provincia de La Pampa.
El jefe de Bomberos Voluntarios de Ingeniero Luiggi, Juan Andrés Cantelmi, confirmó en diálogo con BigBang que todos los animales que tomaron el agua proveniente de un tanque australiano contaminada con un producto químico para tratar las malezas murieron en las últimas horas.
"Nos convocan el domingo a la tarde en una solicitud de apoyo para hacer el vaciamiento del tanque, que se contaminó con un herbicida, que es una especia de secante", explicó Cantelmi.
Todas las vacas que tomaron el agua contaminada murieron.
El hecho ocurrió en un campo situado a unos 10 kilómetros del pueblo, donde unos días antes se estaban haciendo tareas de fumigación en un campo que estaba sembrado con trigo.
Para ese trabajo se estaba utilizando una fumigadora autopropulsada, conocidas también como mosquitos, que tienen dos brazos extendibles que arrojan el producto sobre los cultivos que deben ser tratados.
El operario de la máquina tomó el agua del tanque para mezclarlo con el herbicida, ya que el veneno que se diluye en una proporción ordenada por el laboratorio. Pero en algún momento de la maniobra, el herbicida terminó en el tanque australiano y contaminó el agua.
Una máquina fumigadora fue la que provocó el desastre.
"No se sabe bien qué pasó. Hizo una especie de sifón. Aparentemente, durante el proceso de carga el líquido vuelve al tanque y lo contamina", explicó el jefe de bomberos.
El trabajador que estaba realizando la maniobra "observa que vuelve el producto y considera que no era dañino, por eso no avisa al productor lo que había ocurrido", explica el jefe de Bomberos.
Pero si que es dañino. Muy dañino. Después de tomar el agua contaminada las vacas sufrieron hemorragias en el esófago, que le provocaron la muerte. Como si hubieran tomado un trago de soda caústica, se murieron como moscas.
La esposa del dueño del campo, Cristina Salvadori, dijo al sitio Zonal Noticias, que cuando llegaron el domingo comenzaron a ver que los animales se iban cayendo, y de pronto se observó una “montaña de cadáveres y el agua de la bebida de color azul”.
“El tóxico permanece en el cuerpo y no se pueden comercializar. Además hay que ordenar la quema o entierro de los vacunos”, explicó la mujer. “Veremos qué dispone hoy el Senasa, por ahora personal municipal y operarios andan en tractores retirando los cadáveres y amontonándolos en un rincón”, explicó.
El bombero Cantelmi explicó que los bomberos completaron el vaciamiento del tanque donde estaba el agua contaminada y que luego se hizo una limpieza profunda para que se pueda volver a utilizar.
Cuando llegaron al campo empezaron a ver como caían las vacas.
Según dijo Salvadori, el producto que se utilizó como herbicida que se denomina Paraquat. Se tiró sobre un campo que estaba sembrado con trigo, un actividad previa a la cosecha, que puede comenzar en unos 20 días.
El periodista Patricio Eleisegui, autor del libro Envenenados, Una Bomba Química nos Extermina en Silencio, explicó en su cuenta de facebook qué es el paraquat. “Es el ingrediente activo del gramoxone, uno de los herbicidas que en mayor cantidad produce la europea Syngenta. Prohibido desde 2007 en todos los países de la Unión Europea, el paraquat aparece en su versión comercial en 1961. Sus impulsores: los laboratorios británicos ICI, mencionados antes por sus aportes al desarrollo del 2,4-D".
Agrega el especialista que "aplicado en combinación con herbicidas como el glifosato, el paraquat aparece como una herramienta vital para el control de las malezas que compiten con la soja por agua, nutrientes y luz en los campos. Igualmente, en la Argentina se lo aplica previo al cultivo de maíz, trigo, algodón, arroz, tomate, alpiste, sorgo, caña de azúcar e, incluso, yerba mate. Su condición de herbicida no selectivo permite un uso casi ilimitado en momentos en que se prepara la tierra para la posterior siembra. El inconveniente, otra vez, está en su alta toxicidad para los humanos”.