Cinco meses y tres días pasó internada, luego de ser baleada en la localidad bonaerense de Ranchos por los prófugos del triple crimen de General Rodríguez, Martín Lanatta, su hermano Cristian y Víctor Schillaci. La sargento Lucrecia Yudati fue dada de alta tras permanecer internada y ser sometida a 30 operaciones. Habló con BigBang, mientras se adapta a volver a su vida "normal".
Lucrecia Yudati en recuperación junto a su compañero.
Con una caravana de autos, globos y el sonido masivo de bocinas y cornetas, Yudati fue recibida en Ranchos por sus compañeros de la Policía, bomberos, vecinos y familiares que colgaron banderas y carteles en la puerta de su casa.
“Todavía estoy dolorida, pero voy a seguir con la rehabilitación lunes, martes y jueves. Además, me falta una operación en el dedo gordo del pie. Vamos a ver si se salva”, contó Lucrecia, ya instalada en su casa. La emoción la invadió al mencionar el recibimiento que organizó su gente y los que la cuidaron. "Estoy contenta y volviendo a la normalidad, mientras hago rehabilitación para volver a caminar", explicó.
RECUENTO DE SU RECUPERACIÓN
La oficial estuvo internada cinco meses y tres días, tiempo durante el cual debió ser operada una vez del pié derecho y 30 veces del izquierdo, donde recibió un impacto de un fusil FAL que le destrozó el tobillo y el primer dedo.
Fernando Pensawath su compañero policía siempre a su lado.
Arrancó el 2016 internada y para ella volvió a vivir. "Siento que nací de nuevo, los dos nacimos de nuevo", en referencia a su compañero Fernando Pensawath, el otro oficial que estaba en el control policial y también fue herido de dos tiros de escopeta en el abdomen y un balazo de una pistola en una pierna.
Los hermanos Lanatta y Schillaci. Están presos en Ezeiza.
La oficial estuvo acompañada por Sergio, su pareja desde hace siete años, y su hijo. Al llegar a Ranchos, la oficial también fue recibida por Pensawath, quién siempre la fue a visitar y acompañar en la recuperación.
“Vemos el video y no puedo creer que nos salvamos de ese tiroteo.
Este joven recibió el alta el 16 de marzo tras permanecer poco más de tres meses en la misma clínica, el primero en gravísimo estado. “Nos abrazamos en la ambulancia, somos muy buenos compañeros. Vemos el video y no puedo creer que nos salvamos de ese tiroteo. Creo que Dios así lo quiso”, asegura Yudati emocionada. Sobre el caso prefiere no hablar y espera que se haga justicia. "La Justicia sabe qué hacer, sólo cumplíamos con nuestra tarea cuando fuimos atacados", sostiene.
Con emoción, agradeció el afecto de la gente y seres queridos que la apoyaron en su recuperación.
El agradecimiento de Yudati en las redes.
Sobre lo ocurrido la madrugada del 31 de diciembre, cuando ambos hacían un control de tránsito en la ruta provincial 30, trata de no pensar. “Cambié mi turno, no me correspondía trabajar y terminé siendo herida. Solamente me acuerdo cuando estábamos con Fernando tirados en la zanja”, dice.
Según pudo observarse en las imágenes de una cámara de seguridad instalada en ese tramo de la ruta provincial 30, los agresores se movilizaban en una camioneta Ford Ranger oscura y, al ser detenidos por los policías para identificarlos, descendieron del vehículo y comenzaron a disparar contra ellos, tras lo cual volvieron a subir y huyeron.