25 Abril de 2017 06:37
La Policía de la Ciudad desaloja el predio de Soler y Juan B. Justo, conocido como "el pasillo de la muerte", donde en enero pasado una editora de BigBang denunció un intento de abuso sexual. Desde el Ministerio de Seguridad explicaron a este medio que el operativo cuenta con orden del juez federal Sebastián Casanello y que se lleva a cabo con las carteras de Desarrollo Humano y Hábitat y Ambiente y Espacio Público.
Desde las 6 de la mañana hay un importante operativo policial en la zona.
Tiempo atrás, se supo que en el predio vivían entre 300 y 500 personas, de acuerdo a información que había brindado el Gobierno porteño. Vecinos de la zona describieron que la zona era "tierra de nadie" y que día a día denunciaban robos en el barrio.
BigBang supo que la orden de desalojo fue impartida por el juez Casanello, ya que se trata de terrenos federales que le pertenecen a los ferrocarriles y que administra la ex Onabe, actual Agencia de Administración de Bienes del Estado. En la orden de desalojo, el magistrado indicó que debía hacerse sin violencia. Casanello quiere se actúe con las "dos manos del Estado". Esto implica que por un lado se debe desalojar mediante la fuerza de seguridad, pero garantizando la vivienda digna y la atención médica correspondiente.
La decisión llegó luego de varios meses de investigación en los que se recavaron varios casos que se dieron a conocer en público, como el de la editora de BigBang. El magistrado cree que era "un foco de conflicto", ya que había vecinos que denunciaban robos y que en el terreno había "delincuencia marginal".
Trabajaba el área de Desarrollo Humano y de Ambiente y Espacio público en la zona.
"EL PASILLO DE LA MUERTE"
Los autos pasan, los traseúntes también. Algunos se dirigen al Polo Tecnológico, otros al Distrito Arcos. Otros más cruzan la Avenida Juan B. Justo para disfrutar de los bares con música o las torres con pileta en pleno corazón de Palermo. Una periodista de BigBang es una de ellas. En enero, luego de trabajar el domingo, quiso aprovechar la tarde para disfrutar el aire libre, pero dos hombres la obligaron por la fuerza a entrar al otro Palermo.
En el pasillo de Soler, a escasos metros de la Avenida Juan B. Justo y la calle Godoy Cruz, se decía que las fuerzas de seguridad no entraban.
La mujer vivió allí el horror. Así lo relató en BigBang: "Uno de ellos comenzó a deslizar su mano con velocidad sobre su miembro y le pidió a su cómplice que me sacara las calzas". "¡Vení, putita!", "Mamita" y "puta de mierda", fueron las cosas que soportó acorralada por los dos hasta que un testigo se hizo presente para devolverla desde el infierno a la tierra.
Otra periodista, Josefina Marcuzzi, también sufrió el pasillo de Soler: "Me robaron todo. Tuve miedo. La Policía dice que ahí no entra". Las fuerzas de seguridad lo reconocieron. La falta de denuncias hace aún más desolador el "pasillo del horror".
El pasillo de Soler, el otro Palermo.
A sólo 8 kilómetros de la Casa Rosada, en plena capital Federal, las mujeres llegaron a estar abandonadas a su suerte.