En una nueva jornada de tensiones, Hamas anunció este viernes la liberación de tres rehenes israelíes, un rayo de esperanza en medio del prolongado infierno que sufrieron las víctimas a raíz del conflicto. Entre ellos se encuentra Yarden Bibas, de 35 años, quien fue secuestrado por separado de su esposa e hijos en el kibutz Nir Oz el fatídico 7 de octubre de 2023. La noticia de su pronta liberación trae consigo un dolor insoportable: su esposa Shiri y sus dos pequeños hijos, Ariel y Kfir, fueron declarados muertos por Hamas en noviembre. Sus muertes, no confirmadas por Israel, siguen envueltas en el misterio y el horror de la guerra.
Junto a Bibas, las autoridades israelíes confirmaron la liberación de Ofer Calderón, de 54 años, y Keith Siegel, de 65, un ciudadano estadounidense capturado junto a su esposa Aviva en el kibutz Kfar Aza. Aviva fue liberada en noviembre pasado, y ahora Siegel está a punto de recuperar la libertad tras un angustioso cautiverio. Sin embargo, la sombra de la incertidumbre y el dolor empaña cada liberación, recordando las cicatrices imborrables de esta tragedia.
La familia Silberman-Bibas fue arrancada de su hogar en Nir Oz durante el ataque de Hamas del 7 de octubre, un asalto que dejó más de 1200 muertos y sumió a Israel en un duelo colectivo. La versión de Hamas sobre la muerte de Shiri y sus hijos se sostiene en una espiral de declaraciones sin confirmación oficial. La desesperación de Yarden Bibas al conocer el posible destino de su familia añade un componente desgarrador a su inminente regreso a la libertad.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, celebró la liberación de los tres rehenes, pero no ocultó su indignación por los incidentes ocurridos en Khan Younis durante el proceso de intercambio. Miles de personas se agolparon con banderas de Hamas y la Yihad Islámica Palestina, creando un ambiente hostil y caótico que puso en riesgo la operación. "Quien se atreva a dañar a nuestros rehenes pagará el precio", advirtió el mandatario en un discurso cargado de determinación y advertencias.
Mientras tanto, la guerra sigue cobrándose vidas y provocando una espiral de violencia sin final aparente. En una escalada paralela, la Fuerza Aérea de Israel bombardeó objetivos de Hezbollah en la región de Bekaa, Líbano, alcanzando infraestructura clave para el desarrollo y traslado de armamento. El ataque se produjo tras la interceptación de un dron de reconocimiento de Hezbollah que violó el espacio aéreo israelí, una acción que avivó el fuego de una tregua tambaleante.
La liberación de rehenes en Gaza es solo un capítulo más en una historia de horror que parece no tener desenlace. Cada prisionero que regresa a casa lo hace con cicatrices invisibles, con recuerdos imborrables y con la carga de quienes no lograron salir con vida. Yarden Bibas podrá respirar aire de libertad el sábado, pero la ausencia de su esposa y sus hijos será una herida abierta que difícilmente cierre algún día. Se trata de una historia que aún necesita respuestas.