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La trágica historia de María Antonieta, la extravagante reina de Francia guillotinada por la Revolución

La reina fue ejecutada hace exactamente 226 años. 

15 Octubre de 2019 16:29
Marie_Antoinette_by_Joseph_Ducreux
Marie_Antoinette_by_Joseph_Ducreux

Fue un 16 de octubre de 1793, hace 226 años, cuando la guillotina caía sobre el cuello de la reina María Antonieta, juzgada y ejecutada luego de la abolición de la monarquía en Francia de la mano de la Revolución Francesa. 

De Austria a Francia

Nacida como María Antonia Josefa Johanna, creció en el seno de la riqueza y el poder como hija de Francisco I, emperador de Austria, y de la emperatriz María Teresa. Con la idea de que un matrimonio aumentaría los lazos diplomáticos con Francia, fue la protagonista de un enlace que causó sensación en la sociedad europea de la época. 

Así, en mayo de 1770 y con apenas 14 años, María Antonieta se convirtió en la esposa de Luis Augusto, heredero al trono francés, quien tenía 13. Se dice que, a la llegada de la joven a la corte, 50 mil personas se reunieron a contemplarla, atraídos por las noticias sobre su gran belleza. 

Cuatro años después, la pareja adolescente ascendió al trono al morir Luis XV. Ya desde este momento los rumores comenzaron a plagar la vida de la pareja: se dijo que no pudieron consumar su matrimonio hasta siete años después de casarse, lo cual los rodeó de habladurías. 

Extravagancia y lujo

Ya reina, María Antonieta se volvió famosa por sus extravagantes gastos. Según una leyenda popular en la época, mandó tapizar las paredes de la mansión Petit Trianon, un regalo de su marido, con oro y diamantes. 

Lo cierto es que su gusto por las ropas lujosas, las joyas y los juegos de azar pronto se volvió motivo de ira de parte del pueblo francés, acuciado por una fuerte crisis económica. Su popularidad decayó cada vez más: hasta se llegó a decir que exclamó "¡entonces que coman tortas!" cuando le contaron que había personas que morían de hambre al no poder comprar pan.

Sin embargo, hoy se cree que la reina jamás declaró tal cosa y que fue muy probablemente una campaña difamatoria del creciente movimiento revolucionario antimonárquico. 

El origen extranjero de María Antonieta, además, hacía que muchos desconfiaran de su auténtica lealtad con Francia, sentimiento que se profundizo cuando comenzó a rumorearse que mantenía un romance con el conde sueco Hans von Fersen, de quien incluso se llegó a decir que podría ser el padre de su tercer hijo, Luis Carlos.

Pronto, los chismes comenzaron a crecer y volverse cada vez más exagerados, achacándole a la reina todo tipo de vicios sexuales. El mayor escándalo que la involucró fue su supuesta participación en un complot criminal para estafar a dos famosos joyeros en el precio de un collar de diamantes. 

La caída

El clima social en Francia eventualmente terminó estallando en junio de 1791. Los miembros de la familia real intentaron huir de palacio disfrazada de sirvientes ante la revuelta revolucionaria pero terminaron siendo descubiertos y arrestados. De acuerdo a su ayudante de cámara, Madame Campan, durante el transcurso de la noche de su detención los cabellos de María Antonieta "se volvieron totalmente blancos, como los de una mujer de 70 años".

Recluida y vigilada en el Palacio de las Tullerías junto a su familia, la reina vio deteriorar su salud durante un año. En junio de 1792, la monarquía fue oficialmente abolida como institución en Francia: juzgado y condenado, el rey Luis XVI, marido de María Antonieta, fue ejecutado en enero de 1893.

En octubre, la reina correría la misma suerte, luego de atravesar un juicio humillante donde se la acusó, entre otras cosas, de organizar orgías, enviar dinero de las arcas públicas a Austria, y cometer incesto con su hijo menor Luis Carlos. 

"María Antonieta fue una joven y bella miembro de la realeza que en cierta forma fue víctima de circunstancias políticas y no estaba preparada para la situación que debía confrontar", supo reflexionar Philippe Bélaval, presidente del Centro Francés para los Monumentos Nacionales, sobre la trágica reina. 

"La historia de la Revolución Francesa es compleja y María Antonieta no mostró completa lealtad a su país y tampoco apoyó a la revolución", agregó. "Pero la total dignidad que mostró durante sus tribulaciones finales, el terrible juicio en el que fue acusada de todo tipo de abominaciones y su muerte, nos hace sentir piedad por el tratamiento inhumano que soportó. No es necesario ignorar sus errores políticos para ver que fue muy maltrada". 

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