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La trampa de los seguros médicos de viaje: todo lo que tenés que saber para que no te estafen

El abogado Juan Bautista Torres López te acerca los tips jurídicos para contratar el seguro, sin que la letra chica te genere un dolor de cabeza después.

08 Enero de 2021 09:27
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Aunque todo indica que el 2021 será otro año de viajes condicionados por la pandemia de Covid-19, nunca está de más estar informado y prepararse para evitar las estafas de los seguros médicos. En tiempos de emergencia sanitaria, poder hacer las valijas con la seguridad de que lo que contratamos nos cubrirá en caso de cualquier inconveniente se torna cada vez más importante. Es por eso que el abogado Juan Bautista Torres López te da todos los consejos para evitar que la letra chica del contrato te genere un dolor de cabeza después.

El letrado tomó como disparador la estafa a una pareja de argentinos que viajó a Estados Unidos y hoy enfrenta un litigio judicial con la empresa Assist Card. Patricio Durrels y su mujer tomaron en enero de 2020 la decisión de viajar al país del Norte para acompañar de cerca a su hijo en sus estudios. Como hacen todos los que no son residentes del país que visitan, contrataron una buena cobertura en la compañía, seguros de que las cosas iban a marchar bien y que ante cualquier problema la empresa iba a responder por ellos.

La historia de esta familia es, seguramente, muy parecida a la de otras personas que viajaron fuera de su país y atravesaron en el exterior algún problema de salud. De hecho, aunque la esposa de Durrels fue atendida y los médicos le salvaron la vida, la realidad es que ahora el seguro de viaje no quiere hacerse cargo de los gastos que prometieron que iban a cumplir.

Según contó a BigBang Patricio, él y su esposa se encontraban en enero del año pasado en España y decidieron viajar hacia los Estados Unidos para estar cerca de su hijo, quien es menor de edad. Su idea era quedarse todo el tiempo que fuera posible, por lo que contrataron un seguro de viaje para todo el año. El avance del Covid-19 y la pandemia los obligaron a permanecer en el país del Norte.

"Un día de agosto mi mujer se levanta muy mal. Tuvo un aneurisma y hubo que llevarla volando en helicóptero hasta un hospital por la gravedad del cuadro. Estuvo internada 45 días que fueron una tortura", reconoció Durrels.

Aunque afortunadamente ahora su esposa se encuentra bien de salud y en plena recuperación, lo cierto es que mientras permaneció internada, tuvo que ser sometida a diferentes procedimientos para que los médicos pudieran salvarle la vida.

De hecho, en una primera instancia fue trasladada a un centro médico, luego a otro, y finalmente la atendieron en el Tampa General Hospital, donde los profesionales de salud pudieron ayudarla a recuperarse y donde hasta hoy la reciben cada tanto para sus controles habituales.

Más allá de que por fortuna la mujer de Durrels no sufrió secuelas, lo que sí tiene ahora la familia es un serio problema con la compañía Assist Card, debido a que no quieren hacerse cargo de los gastos médicos.

"De los tres hospitales a los que fuimos al principio me empezaron a llamar pidiendo datos del seguro que teníamos. Yo me quedé tranquilo, pero a a partir de ese momento me empezó a llamar una persona de Assist Card preguntándome cómo estaba ella todos los días. Son coordinadores o trabajan en el área de asistencia al cliente, y yo les iba contando. Empezamos con este diálogo, hasta que un día, ellos me empiezan a pedir información, como la copia del pasaporte de mi mujer. En un momento, les pregunté si iban a cubrir todo, para así yo también podía organizarme, y me dijeron que en teoría no había problemas, que al final cuando el caso terminaba, iban a pagar todo", contó Patricio.

Incluso, en uno de los estados de cuenta que él mismo recibió de parte del equipo de neurocirujanos, apareció un gasto por 45.000 dólares, el cual en realidad estaba en 0 en el documento, porque la compañía se iba a hacer cargo. "Ahora me llega esa misma cuenta pero sin la asistencia, y otras facturas más de igual manera", añadió.

Como en ese entonces lo primordial para él era salvar la vida de su esposa, no prestó mucha atención respecto al manejo que tenía el hospital con la empresa de asistencia al viajero, hasta que desde Assist Card pidieron hacer una auditoria sobre la salud de la mujer de 44 años por una supuesta cuestión administrativa.

Durante los 45 días que duró la internación, desde la empresa se comunicaron con Patricio asiduamente, aunque la situación cambió cuando su esposa fue dada de alta. 

"El hospital donde estuvo internada mi mujer me mandó una carta en la que dice que Assist Card no va a pagar los gastos por una condición preexistente. Ahí me volví loco, empecé a llamarlos y ya no me atendían", reveló.

Lo cierto es que desde el Tampa Hospital le enviaron una factura por 1.700.000 dólares por los servicios prestados, debido a que en Estados Unidos no sólo cobra el centro médico por las prestaciones, sino también cada uno de los profesionales que intervinieron en el caso.

"Assist Card tenia que pagar 150.000 dólares y ahora decidieron desoírme. Ni me avisaron que no van a pagar. Ellos no te piden nada para contratar el servicio, pero después te dicen que no lo cubren porque tenías algo preexistente. Son un engaño. Un aneurisma, puede ser congénito o hereditario, y hay un montón de factores que aumentan los riesgos, pero no responde a una condición preexistente", aclaró.

En este sentido, Durrels reflexionó acerca de lo importante que es que cada persona que viaje y contrate un servicio de asistencia chequee que vayan a cumplir, porque en general nadie piensa que puede accidentarse lejos de su país, aunque la realidad es que no se está exento.

"Lo que me enloquece es que ante una situación que pasa algo ellos se borran de esta manera. Te dejan ahí, sin decir más nada. Lo que yo aconsejo es que antes de contratar averigüen, lean el contrato, porque es algo muy delicado que no se puede dejar para lo último", dijo.

Indignado por la situación, Patricio ya consultó a un amigo abogado y, según lo que el letrado le indicó, le envió una correo electrónico a la compañía para solicitar que se haga cargo de los gastos. En caso de no recibir respuesta, deberá enviar una carta documento; motivo por el cual tuvo que viajar durante horas para poder legalizarla en el consulado argentino de Miami. El tercer paso es una mediación judicial, donde es probable que la empresa intente negociar para evitar el inicio de un proceso judicial.

"En Estados Unidos, si no sos residente permanente, no podés contratar muchos seguros. Cuando vos no tenés uno, por ley el hospital está obligado a hacerte un descuento muy grande, que ronda entre el 70 y 80 % de los cargos. En mi caso debo 1.700.000 dólares y con el descuento voy a deber un poco más de 300.000 dólares. Ellos deberían cubrir 150.000 dólares. Así juegan los de la asistencia al viajero", analizó, y agregó que desde el hospital donde estuvo su mujer nunca le negaron atención, sino que por el contrario, hicieron todo lo que estuvo a su alcance.

Por su experiencia, ahora sabe que apenas entra un paciente a un hospital estadounidense, le preguntan si tiene seguro médico, y aunque no lo tenga, se le hace el tratamiento como a cualquier persona, sin reclamar el pago de los gastos.

"Mi mujer tiene que seguir haciéndose controles con los médicos que la atendieron, que tengo deudas impagas con ellos y la siguen atendiendo igual. Todavía en ningún momento me dijeron que no me van a atender hasta que no regularice. Es muy incómodo estar del otro lado, porque a mi no me gusta no pagarle y seguir sacando turnos", cerró.

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