Cuando parecía que ya no podían hacerse más malabares para llegar a fin de mes, cuando los hábitos de consumo mutaron y obligaron a los clientes a asumir nuevas modalidades de compra, la restricción hoy llega a los productos de cuidado personal, artículos que comienzan a transformarse en suntuorios.
Mientras la canasta de consumo masivo continúa contrayéndose, el segmento más afectado es aquel compuesto por shampoo, crema de enjuagues, dentífrico, jabones, desodorantes y cremas corporales, entre otros.
Es así que este segmento cayó un 4% en lo que van del año, según la consultora Kantar Worldpanel.
Los changuitos siguen de largo en las góndolas de productos cosméticos.
Paradójicamente, dentro de esta categoría, son las tinturas para el cabello la que aún siguen creciendo, un producto a la que casi ninguna mujer coqueta o "entrada en canas" logra escapar.
Según la consultora privada ese crecimiento se registra "en hogares con amas de casa activas -que trabajan fuera del hogar-, y en todos los niveles socio económicos excepto en el medio bajo".
Juan Manuel Primbas, Director de Kantar Worldpanel destaca que ese crecimiento se debe a una reducción del gasto en las peluquerías, razón por la cual las mujeres eligen aplicarse tintura o color en el hogar.
Las mujeres abandonan la peluquería para arreglarse hogareñamente.
También se puede observar que la venta de tinturas crece en contextos de crisis y lo hace en paralelo a los productos de la canasta básica como leche, yerba y pastas, entre otras.
Otra conducta que se pudo ver, es que a pesar del avance de la gripe y las enfermedades respiratorias, la compra de jabones bacteriales también se convirtió en algo prescindible.