Un grupo de elefantes salvajes se ahogó este sábado al resbalar de la cascada Haew Narok, en Tailandia, y fueron hallados sin vida horas después. Aunque no hay imágenes del terrible momento porque el accidente ocurrió dentro de una reserva, se cree que todo comenzó cuando uno de los miembros de la manada se cayó, y el resto se resbaló al intentar ayudarlo.
El sábado pasado, cuando se conoció el incidente, las autoridades del Parque Nacional Khao Yai reportaron inicialmente la muerte de seis ejemplares, pero poco después, con ayuda de drones, se descubrieron los cadáveres de cinco animales más.
Además, confirmaron que otros dos elefantes estaban perdidos en la misma zona, aunque afortunadamente pudieron ser rescatados con vida y trasladados a su hábitat por integrantes de la unidad de protección que acudieron a la cascada.
"Suponemos que los elefantes son miembros de la misma manada", dijo a la agencia EFE Witthaya Hongwiangchan, director de Áreas Protegidas de la provincia de Prachinburi, donde se encuentra el Parque nacional de Khao Yai.
Los primeros elefantes muertos fueron descubiertos en la mañana del sábado, horas después de que la manada resultara espantada al encontrarse cerca de una ruta.
Según los expertos, la hipótesis más certera de lo que pudo pasar es que uno de los elefantes cayó por el precipicio y que el resto se resbaló por la cascada al tratar de ayudar al miembro de la manada que primero se había accidentado.
Los responsables del parque indicaron que el personal del lugar junto a rescatistas recuperaron los 11 cadáveres del río con una red que soporta hasta 40 toneladas, con el fin de evitar la contaminación del agua. Cerca del dispositivo armado para levantar los cadáveres hay un amplio terreno donde está previsto celebrar un ritual religioso y cremar los cuerpos.
Tras el accidente, el Ministerio tailandés de Recursos Naturales y Medio Ambiente anunció que se construirá una barricada en el lugar del hecho para evitar la caída de otros animales del parque, que es el hogar de unos 300 elefantes salvajes y otras especies, entre osos y gibones.
Según agrupaciones de protección animal, unos 3.000 elefantes salvajes viven en los bosques de Tailandia amenazados por la creciente deforestación, en comparación con los 300.000 paquidermos que poblaban el país hace más de un siglo.