"Lo que necesitamos es que haya muchas más empresas como éstas, que haya muchos más empresarios invirtiendo y dando trabajo, y menos banqueros comprando letras del BCRA para llenarse de plata”, le dijo Alberto Fernández a Hugo Sigman en febrero, al inaugurar la planta del laboratorio mAbxience. Fue un gesto enfático de respaldo a un empresario que acababa de presentar una empresa en la cual había puesto 40 millones de dólares. Seis meses después, el laboratorio de Sigman ocupó una inesperada centralidad en la vida de los argentinos, y también de los latinoamericanos (con la excepción de Brasil), al convertirse nada mentos que el encargado de fabricar el principio activo de la vacuna contra el coronavirus que está desarrollando la Universidad de Oxford, que en este momento está en la fase tres de su desarrollo.
Alberto, sobre la vacuna de Oxford: "Estará disponible para el primer semestre de 2021 y costará 3 ó 4 dólares"
“Tengo que agradecer esta oportunidad que me dio la vida, ser protagonista de esta epopeya latinoamericana: la región tendrá la vacuna en el mismo momento que Estados Unidos y Europa”, dijo Sigman esta mañana, a seis meses de la inauguración de su laboratorio, en diálogo con Marcelo Longobardi., AstraZeneca no tenía para producir la vacuna y se contactó con la Fundación Slim y nos pidió a nosotros que fabriquemos el principio activo y que el laboratorio mexicano Liomont haga los viales. Lo pidió con una característica, que es que hagamos la producción a riesgo", agregó. En otras palabras, para ganar tiempo, la vacuna se empezará a producir cuando aún no está terminada la fase de experimentación clínica. Si resultara que la vacuna no sirve, mAbxience perderá el dinero invertido.Según explicó Sigman, que además de empresario es médico, "la vacuna pasó fase 1 y fase 2" de las evaluaciones "pero están haciendo la fase 3, que es probar si en efectiva o no. Como compañía estamos produciendo sin considerar los costos hasta tanto la vacuna se pueda vender. La aprobación seguramente va a estar en diciembre o enero, pero nosotros la vamos a empezar a producir ahora. Haremos un máximo de 250 millones de dosis para toda Latinoamérica a excepción de Brasil. Si no se aprueba la vacuna, se tendrá que destruir. Como argentino me siento muy feliz de encontrar este patrimonio científico en nuestro país”, sostuvo.
El fundador del Grupo INSUD, el “CEO progre” como lo llamó el diario Tiempo Argentino, tiene un holding de empresas de diferentes rubros. A través de su editorial Capital Intelectual publicó una incontable cantidad de libros, la mayor parte sobre temas políticos y sociales, y actualmente publica la edición Cono Sur de Le Monde Diplomatique y la edición en español de New York Review Of Books, denominada Review. Capital Intelectual tiene una editorial sucedánea en España, llamada Clave intelectual. También es uno de los dueños de la productora cinematográfica K&S (Kramer y Sigman) y también tiene un hotel llamado Puerto Valle, en los esteros del iberá, empresas agroquímicas, busca crear vacas campeonas a través de la manipulación genética en su Cabaña Los Murmullos,y un largo etc. entre las cuales el negocio farmaceútico es, desde siempre, el pilar y la innovación científica, uno de sus valores centrales que proclama. Sigman está casado con la bioquímica Silvia Gold, fundamental para el desarrollo de sus empresas
“Entender las necesidades insatisfechas y recurrir al sistema científico e integrarlo con el sector privado, nos ha dado la capacidad de satisfacer dichas necesidades generando productos de valor agregado y brindarle a la ciencia argentina el soporte y reconocimiento que merece”, sostiene. Cercano al kirchnerismo desde el gobierno de Néstor, mantuvo su amistad con Alberto Fernández aún cuando Alberto se alejó del entorno de Cristina.
Hace seis meses, cuando inauguró su planta en Escobar, decía: “En este polo tecnológico, que es el más grande de Latinoamérica, hemos cuidado tres aspectos: la equidad de género; la formación de jóvenes personas que estudian en Escobar, en general de familias humildes; y fomentar al máximo posible que nuestros productos sean comprados a pymes”.El lenguaje que habla y el ideario que expresa parecen estar más cercanos a la "burguesía nacional" productiva que el peronismo siempre vio como su aliada.