Semanas atrás, las imágenes de activistas vandalizando la casa en Ibiza de Lionel Messi recorrieron el mundo y sumaron millones de interacciones. Sin embargo, lejos de los chistes en redes sociales, el jugador inició acciones legales y demandó a la fundación encargada de los hechos.
Los activistas del clima, quienes son partes del grupo Futuro Vegetal, llenaron las paredes exteriores del domicilio con pintura roja y negra. Mientras accionaban en su causa, se grabaron y luego se encargaron de difundir en plataformas digitales. Un video donde no solo se vio la casa cerca de Cala Tarida, en la costa oeste de Ibiza manchada sino que además visualizaron una pancarta que en ingles expresaba: "Ayuda al planeta, cómanse a los ricos. Abolir la policía".
Lionel Messi se encuentra en Miami, ya que es parte del plantel del Inter de Miami, por lo que no vio en persona como quedó su hogar caribeño. Eso sí, tomo cartas en el asunto y fueron sus abogados quienes presentaron una denuncia en la Justicia. El futbolista y su equipo legal exigen un total de 50 mil euros por los daños ocasionados, este monto sería el necesario para reparar el daño causado por quienes defienden el medioambiente.
Detenidos por sus acciones y liberado días después, los activistas se expresaron al ser notificados sobre la cifra millonaria que deberán pagar al 10 de la Selección Argentina: "Sería insólito pagar 50.000 euros por una casa que igual debe ser derribada. Nosotros vamos a alegar que no se entiende cómo es posible que nos acusen de generar daños ahí cuando hay que derribarla", ratificó Bilbo Basatterra, uno de los autores detenidos.
Ahora bien, ¿por qué aseguran que la casa de la "Pulga" debe ser derribada? Según el medio español La Voz, Messi no cuenta con el certificado de final de obra del ayuntamiento de Sant Josep, así como además le falta la cédula de habitabilidad que concede el Consell de Ibiza.
Los activistas aprovecharon el interés de los medios locales para exteriorizar su fastidio contra el rosario, y volver a expresar su deseo en el que remarcan que son los "ricos" quienes deberían hacer algo para solucionar la crisis climática que se vive a nivel internacional.
Ahora bien, Lionel Messi prefirió llamarse al silencio, como en todas las polémicas que lo involucran, y solo utilizó sus redes sociales para mostrar sus vacaciones junto a sus tres hijos y su esposa, Antonella Roccuzzo, quien revolucionó las plataformas al mostrar su nuevo tatuaje: se escribió "Lio" en las costillas, un reconocimiento a su marido.