31 Diciembre de 2015 10:47
Está por comenzar un nuevo año y se despiertan distintos sentimientos. La esperanza y la expectativa invaden el ánimo de muchos optimistas y los más pesimistas sostiene que sólo se trata de un cambio de calendario.
Según aseguró a BigBang el psiquiatra Walter Ghedin, la llegada de un año nuevo requiere una reflexión encaminada hacia la evaluación de lo que hemos cosechado en el año que termina.
El preguntarnos cómo nos sentimos es la clave.
La pregunta que surge es: ¿Qué vamos a hacer? Y va en el sentido de si se continua con los proyectos de vida que se sostuvieron hasta acá o si se rehace el camino.
“Propongo que antes de sumergirnos en los clásicos “pensamientos automáticos” que guían estos días de cierre de año, nos detengamos a pensar “cómo estamos” con nosotros mismos y con los demás, no para evaluar los objetivos alcanzados, ni reprocharnos por los postergados; sólo para preguntarnos por nuestra humanidad, si estamos siendo congruentes con nuestros deseos más profundos”, propone Ghedin .
“Detengamonos a pensar “cómo estamos” con nosotros mismos y con los demás, no para evaluar los objetivos alcanzados, ni reprocharnos por los postergados; sólo para preguntarnos por nuestra humanidad,
El comienzo de un nuevo año es una nueva oportunidad para evaluarnos
“Crearse expectativas es un arma de doble filo, por un lado nos sirve para motivarnos y continuar pero, por otro lado, crearnos expectativas al fin y al cabo es predecir el futuro y lo que va a pasar en el futuro no se sabe”, sostiene Ghedin y explica que con esto último, se estará cometiendo uno de los errores más típicos el de colocar la mente en el sitio que no le corresponde.
Crearnos expectativas al fin y al cabo es predecir el futuro y lo que va a pasar en el futuro no se sabe
“Nuestra mente si está para medir, comparar, revisar, reflexionar o para comunicarnos. De otra manera la estaríamos invitando a crear una película “a la carta” que actúe como tapadera de nuestros miedos y nuestras negaciones y esto, tiene un nombre, autoengañarse”, sentenció.
Brindar por objetivos realizables es otra forma de adquirir metas.
Es por eso que es bueno aprovechar los primeros días del año, y más si se combinan con algunos días de descanso para barajar y dar de nuevo.
“Los días de vacaciones son una buena oportunidad para abrir la percepción a todo aquello que pasamos por alto a lo largo de año: la contemplación de un paisaje, escuchar música, estar con la gente querida por el bello acto del encuentro, incentivar la imaginación con la lectura, entregarnos al sexo sin apuros, probar nuevas formas de comunicación en la pareja y pensar distinto el futuro”, concluyó.
Un buen ejercicio es pensar en plazos cortos y con objetivos concretos.
El sitio psicóloga española Amparo Calandin brinda tips para iniciar un año más relajados y con menos riesgos emocionales.
TIPS PARA INICIAR EL 2016
- Vivir en el presente. Crear metas a corto plazo y luchar para cumplirlas con trabajo y motivación.
- No esperar tanto de lo externo. La mayoría de las veces somos nosotros el motor de cambio de lo que nos rodea.
- Ser positivo. Buscar el lado positivo de las cosas. Controlar los pensamientos y huir del “Todo me va mal”.
- Ser objetivo. No ver sólo los aspectos negativos de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Reforzarnos y felicitarnos por los triunfos alcanzados.
- Quererse a uno mismo. Aceptarse y valorarse en su justa medida. Tener un buen concepto de uno mismo, sin caer en la soberbia.
- Asumir los problemas. Buscar las alternativas existentes para solucionar los problemas, pero hay cosas inevitables. Si la situación escapa de nuestro control, practica la aceptación.
- No exigirse demasiado. Debemos sentirnos contentos con nosotros mismos y reconocer nuestras limitaciones. No podemos abarcarlo todo, somos humanos no máquinas.
- Poner metas alcanzables. Ser realistas y conscientes de nuestras posibilidades.
- No tener miedo al fracaso. Confiar en nosotros mismos y no temer a los errores, de ellos aprendemos. No debemos esperar la aprobación de los demás, así perdemos nuestra confianza y nuestro criterio.
