El “Esperanza”, el barco más grande de la flota de Greenpeace, la ONG ambientalista, llegó esta mañana al puerto de Mar del Plata, como parte de una campaña para denunciar la deforestación en nuestro país.
El buque permanecerá en el puerto marplatense hasta el 6 de enero para luego partir rumbo a Rosario. Su destino final será la Ciudad de Buenos Aires, donde estará desde el 15 al 19 de enero, para zarpar luego hacia Sudáfrica.
La entidad anunció que “el objetivo de la visita es denunciar que Argentina se encuentra en emergencia forestal, ya que un informe de la FAO indica que el país está entre los 10 que más bosques destruyen en el mundo”.
El barco se quedará en Mar del Plata hasta el 6 de enero.
Greenpeace sostiene que en la Argentina no se cumple con la Ley de Bosques sancionada en 2007. A pesar de la Ley, desde su sanción se destruyeron 600 mil hectáreas de bosques protegidos
“El buque está al mando del capitán argentino Daniel Rizotti, activista de Greenpeace desde hace 20 años, condenado en 2005 por protestar contra la guerra en Irak a bordo de otro barco de Greenpeace, el Rainbow Warrior”, informó la ONG.
“Los barcos de Greenpeace siempre han sido importantes instrumentos para impulsar las campañas ambientales que realiza la organización en todo el mundo. Como Capitán del Esperanza en este viaje, es para mí una enorme responsabilidad llegar a mi país para poder contribuir en la defensa de nuestros bosques nativos”, afirmó Rizzotti.
Marineros argentinos
La tripulación del Esperanza está formada por activistas de diez nacionalidades diferentes. Además del capitán, están a bordo otros dos argentinos; una voluntaria de Paraná y uno de Buenos Aires, que están trabajando como marineros y a cargo de las redes sociales del barco.
El Esperanza fue construido en Rusia en 1984, donde era usado como barco de bomberos. Con 72 metros de eslora y una velocidad máxima de 16 nudos, la nave es ideal para un trabajo rápido y largo. Tiene capacidad para navegar en regiones polares. Fue modificado para ser más respetuoso del medioambiente; entre otras reformas, se incorporaron un sistema carburante especial para evitar derrames, una nueva y más eficiente propulsión diesel eléctrica y un sistema de reciclaje de aguas residuales que permite que sólo el agua limpia sea arrojada al mar.