22 Octubre de 2020 13:24
La inminente llegada de los primeros grandes calores del año vuelve a poner sobre el tapete la incidencia de los aparatos de aire acondicionado en la transmisión de coronavirus.
En ese sentido, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, informó que en la temporada vacacional en hoteles y restaurantes "sólo se autorizará la ventilación natural o por ventilador y se prohibirá el aire acondicionado".
Es que los aparatos reciclan el aire en lugar de renovarlo, carecen de filtros para virus o bacterias, se suelen usar con ventanas y puertas cerradas y pueden empeorar el nivel de desplazamiento de las pequeñas partículas exhaladas.
Permanentemente, las personas emiten "aerosoles que son muy pequeños y vienen de la parte más profunda del sistema respiratorio, de las cuerdas vocales y de la boca; cuanto más cerca de la boca están más grandes son", explicó a Télam el médico Martín Lombardero, quien estudia el vínculo entre estas pequeñas partículas y el coronavirus.
De acuerdo al especialista, si estas partículas miden menos de 100 micras (milésima parte de un milímetro) pueden permanecer suspendidos en el aire, y cuanto menor tamaño tienen más tiempo pueden permanecer allí.
"Cuando se usan los aires acondicionados, por lo general, se cierran las ventanas; sin embargo, estos aparatos solo reciclan el aire que circula y tiene filtros que no inhiben ni virus ni bacterias. Entonces lo que hace es tomar el virus y expulsarlo a mayor distancia”, explicó Lombardero.
Esta información es clave a la hora de pensar protocolos para interiores porque en ese caso no basta la medida de mantener una separación de dos metros de distancia si no hay una correcta ventilación de cada ambiente. Y si se abren las ventanas con el aire acondicionado encendido, el gasto de energía aumenta considerablemente.
"Los múltiples ejemplos científicos de contagios en lugares cerrados, con ventilación artificial y recirculación de aire terminan de cerrar la idea potencial que los aerosoles que emanan los pacientes de Covid-19 en lugares no ventilados son potencialmente infectantes a distancias mucho mayores de los dos metros clásicamente descriptos", advirtió Lombardero.
¿Qué pasa en aviones y micros?
Una de las pocas maneras de disminuir el contagio por aerosoles en áreas cerradas con alto riesgo de infección son los elementos electrónicos de bioseguridad con sistemas de filtros de alta eficiencia (HEPA 14) combinados con germicidas (por ejemplo, una luz ultravioleta no tóxica) que garanticen un filtrado de aerosoles de todos los tamaños y frecuente recambio del aire ambiental.“Los pocos ejemplos publicados donde además de elementos de protección personal, se incorporan filtros de alta eficiencia y presión positiva entre otros elementos de bioseguridad, demostraron hasta un nivel cero de contagio interpersonal", sostuvo Lombardero.
Sin embargo, describió que “hasta el momento estos sistemas no fueron incorporados en los aires acondicionados comunes, y si bien podrían implementarse en los que tienen un sistema de aire central, requerirían una adaptación ya que es probable que se necesiten turbos más potentes para poder emitir el mismo caudal de aire frío superando los filtros".
En relación a los medios de transporte de cabotaje, el especialista aclaró que las cabinas de los aviones están efectivamente equipadas con filtros HEPA 14 de alta eficiencia que, junto a la recirculación de aire externo, disminuye la posibilidad de contagio.
En cambio, los micros no cuentan con estos mecanismos, por lo que tendrían que ir con las ventanillas abiertas o implementar algún sistema de filtrado adicional.