La situación sobre la variante Ómicron del Covid-19 volvió a poner a la pandemia en casi todas las conversaciones. Ante la suba de casos, sobre todo en las últimas 24 horas en donde hubo un salto de 4.000 contagios con respecto al día anterior, la preocupación de las autoridades sanitarias del país y de las 24 provincias no pasa por ese número que se repite bien grande en las pantallas de canales de televisión, que se lee en portales de noticias, redes sociales y que se escucha en las radios.
Hay dos variables que son las únicas que consideran en este momento, y que tiene correlación con lo que se definió en abril del año pasado durante la última ola fuerte que tuvo de Covid el país. La primera tiene que ver con el porcentaje de vacunación y esquemas completos que tiene cada jurisdicción. En el último informe que presentaron las autoridades sanitarias de Sudáfrica sobre la variante Ómicron destacaron que un esquema con dos dosis es efectivo en evitar un cuadro grave, pero prácticamente nulo para evitar el contagio.
Crece la suba de casos de Covid-19 y la Ómicron se extiende por todo el mundo
Con la necesidad de buscar evitar la propagación del virus para así también, valga la redundancia, evitar nuevas variantes, la Organización Mundial de la Salud recomendó avanzar rápidamente con las dosis de refuerzo y las terceras dosis (no es lo mismo ya que la primera es para las vacunas que necesita un refuerzo porque pierden efectividad y la segunda es para aquellas que se descubrió que necesitan otra dosis más para completar su esquema de forma efectiva ante las nuevas variantes que aparecieron).
De ahí que la ministra de Salud, Carla Vizzotti, planteara la necesidad de que entre en vigencia a partir del primero de enero el pase sanitario a nivel nacional. No todas las jurisdicciones tienen problemas de falta de finalización de esquemas. El caso de la provincia de Tucumán, en donde en pocos días se vacunó el 2% de toda la población que no tenía la segunda dosis, es el ejemplo que ayer se puso en la mesa de discusión del Cofesa.
El horizonte puesto por las autoridades sanitarias es el ingreso del otoño. Para marzo esperan tener a los poco más de 3 millones de mayores de 18 años que no se dieron la segunda dosis con el esquema completo, a todos los de riesgo y personal sanitario con la el refuerzo y los que recibieron la vacuna de Sinopharm con la tercera dosis que por estas horas esta siendo de AstraZeneca.
Pero esta no es la única variable que miran. La ocupación de camas de terapia intensiva (UTI) y las muertes diarias que se reportan por el Covid-19 representan el principal eje discursivo de que la vacunación funcionó. Desde principios de noviembre los casos diarios registrados van en pleno aumento sin embargo la curva de internaciones se encuentra “totalmente desacoplada”, según explicó un alto funcionario oficial.
¿Qué quiere decir esto? Que mientras se registran valores de contagios que hace meses que no se veían las camas de internación no presentan saltos similares, eso se denomina desacople. Como consecuencia, los casos que están registrando con de personas asintomáticas o con alguien síntoma muy leve. “La positividad estuvo a nivel nacional en el 13%. Se está testeando mucho mejor que antes”, explicó la misma fuente.
En la Ciudad, por ejemplo, en el último parte ese número en promedio semanal fue del 8%. “Estamos testeando mucho, encontramos los casos y no hay indicadores que nos muestren que esta quedando gente afuera”, agregó una fuente porteña.