Un mes atrás, los dos principales fabricantes locales de cigarillos (British American Tobacco y Massalin Particulares) le pidieron al gobierno nacional que la actividad quedara exceptuada de la cuarentena, subrayando los alarmantes faltantes de productos en distintos puntos de la cadena comercial.
Y ahora, la situación es crítica: para este fin de semana podría agotarse totalmente el stock en todos los comercios del país. Las marcas más vendidas como Marlboro, Philip Morris, Camel y Lucky Strike ya casi no se consiguen.
Desde British American Tobacco, que tiene paralizada su planta en Pilar desde el 20 de marzo con 300 empleados en cuarentena, advirtieron en diálogo con el diario Clarín que la escasa mercadería que poseen "se está racionando por combos de marcas" ya que sumaron "problemas logísticos para distribuir por la menor cantidad de empleados".
Mientras tanto, en una carta enviada al ministerio de Desarrollo Productivo, la Cámara del Tabaco señaló que el sector "provee empleo a más de 200.000 personas de manera directa, y son más de 1.000.000 personas las que dependen, directa e indirectamente, de la producción tabacalera".
Los kioscos, también perjudicados
Esa crisis a su vez se derrama sobre los kioscos, ya que la venta de cigarrilos representa alrededor del 35% de su facturación total. En ese sentido, Adrián Palacios, titular de la cámara sectorial UKRA, calculó en Clarín que el 10% de los kioscos argentinos (unos 10 mil) podrían verse obligados a cerrar a causa de esta situación.
"El desabastecimiento de cigarrillos en los negocios de cercanía atenta contra del objetivo deseado de aislamiento social, ya que fomenta la circulación de los fumadores por distintos kioscos en busca de cigarrillos", expresaron en ese sentido los dos principales fabricantes.
Al mismo tiempo, explicaron que si se retoma la producción, en 48 horas podrían volver a tener productos para distribuir y la situación se normalizaría completamente en una semana.