04 Junio de 2015 07:05
La marcha #Niunamenos convocó a más de 200 mil personas. La premisa era clara: en el escenario solo hablarían los oradores designados: Juan Minujín, Maitena y Erica Rivas, quienes leyeron un documento consensuado con la organización. Delante del escenario, sólo los familiares de las víctimas de hechos de violencia de género. Estaba estipulado de esa forma sin excepciones, pero no todos lo entendieron de la misma manera.
Roberto Piazza y su marido, Walter Vázquez, llegaron hasta el corralito y pidieron ingresar. Cuando les dijeron que no, montaron un escándalo mayúsculo con gritos y reclamos incluidos. Después de unos minutos colgados de la valla, el diseñador bajó el tono y moderó su reclamo. Su marido, en cambio, no. "¿Sabés lo que es estar entre la gente?", preguntaba. Mientras se producía este diálogo, los padres de Lola Chomnalez, la adolescente asesinada en Uruguay, ingresaban en silencio y sin comprender bien la escena.
Roberto Piazza y su marido quisieron llegar al escenario pero no los dejaron.
“¿Sabés lo que es estar entre la gente?
Otro inconveniente se generó con la periodista Gisela Marziotta. Como no se le permitió ingresar al sector reservado a los familiares, tuvo un breve intercambio con las organizadoras (en definitiva, colegas de ella) y zanjó la discusión con un lacónico: "Ustedes son violentas".
Gisela Marziotta tuvo un entredicho con las organizadoras.
Una marcha que surgió desde la movilidad de periodistas en la red social twitter. Un reclamo que caló hondo en la sociedad. Sin divismos ni egos exagerados. Pero no todos lo entendieron así.